Wolfgang Puck, cocinero de la fiesta oficial post-Oscar desde hace 19 años, espera que al final de la velada los invitados hablen tanto de sus platos cuanto de los premios de cine que se entregan esta noche.
"Para mí es la fiesta más grande del año, más grande que la ceremonia de investidura del presidente", comentó Puck, conocido como el "chef" de las estrellas y dueño de Spago en Beverly Hills, uno de los restaurantes más cotizados del país.
"Quiero que, al final de la velada, mis invitados hablen tanto de mis platos como de los Oscar", agregó. Puck cocinará en el Governor's Ball, la cena organizada para 1.600 comensales en el piso de arriba del Teatro Dolby, que dará comienzo en cuanto termine la ceremonia de entrega de las codiciadas estatuillas doradas.
No faltará la "comfort food" para consolar a los que han perdido, así como la "celebratory food" para festejar en cambio a los ganadores, como el suflé de chocolate con hojas de "espresso" helado. Todo acompañado de 1.500 botellas de Thienot Champagne que ayudarán a digerir la derrota o celebrar la victoria.
Para los derrotados, habrá de todos modos una "goodie bag", una bolsa llena de regalos del valor de 45.000 dólares ofrecida por la empresa de marketing Distinctive Assets. La bolsa regalo contendrá este año un bono para un viaje a Australia por valor de 12.000 dólares, una operación de lifting de cara por valor de 5.000 dólares, clases de circo para niños, abono por un año al servicio VIP del aeropuerto Heathrow de Londres, y una estadía de 3.000 dólares en el St. Regis Punta Mita Resort de México, entre otros obsequios.
El éxito de la cena de Puck será definido por cuánto tiempo los invitados se quedan en el Governar's Ball, en lugar de salir corriendo hacia las demás fiestas organizadas en la noche. La competencia es dura: este año está el "party" de Elton John, que inicia a las cuatro de la tarde y recauda fondos para la lucha sobre el SIDA, con su personal "red carpet" en el West Hollywood Park y la posibilidad de ver los Oscar en una pantalla gigante y degustar una cena servida por el "celebrity chef" inglés Gordon Ramsay, que tiene 15 estrellas Michelin.
El año pasado, el cantante y su compañero David Furnish llevaron a su hijo Zachary, que tenía poco más de un año, para que se codease con los demás Vips. Quién sabe si este año llevarán también a la fiesta a su segundo hijo, Elijah, nacido hace poco más de un mes. También Madonna organiza una fiesta, The Madonna Bash, en la mansión de su manager Guy Oseary, que atraerá a quienes quieran trasnochar. Otras fiestas famosas con las de la 20th Century Fox, en el Lure de Hollywood, y el Night of 100 Stars Gala en el Beverly Hills Hotel.
Pero la más codiciada es sin duda la organizada por Vanity Fair en el Sunset Tower Hotel de West Hollywood. Es dificilísimo, o casi imposible, obtener un pase si no se es alguien que cuenta de verdad.
El Vanity Fair Oscar Party, conocida por su lista de invitados entre las celebridades más relumbrantes, es la fiesta donde los cerebros de la política se encuentran con las rutilantes estrellas de las artes y la moda. "Si te invitan al Vanity Fair Party significa que en esta ciudad has llegado a la cima", comentó una vez la "oscarizada" actriz Halle Berry.
Fuente: agencia Ansa