La presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, se reunió el jueves con todos sus ministros para el analizar el fallo del Tribunal de Cuentas de la Unión (TCU) contra las cuentas de la gestión pública correspondientes al ejercicio del año 2014.
Según el secretario de la Casa Civil, Jaques Wagner, el encuentro reforzó la unidad entre los ministros y la jefa de Estado, y permitió al Abogado General de la Unión (AGU), Luís Inácio Adams, exponer los argumentos del TCU para la decisión.
Wagner precisó que la mandatario mostró calma ante el fallo del TCU, aunque cuestionó la censura impuesta desde esa instancia a las finanzas públicas del año anterior.
Indicó que tras la reunión el vicepresidente, Michel Temer, y líder del Partido del Movimiento Democrático Brasileño pidió a los funcionarios reunirse semanalmente con diputados y senadores para mejorar su gestión con los representantes político ante el Congreso.
Recalcó que el fallo del Tribunal de Cuentas represente un dictamen que debe ser aprobado por el Legislativo, donde el Ejecutivo podría conseguir la aprobación del ejercicio público del año pasado.
Mostró su preocupación por la posibilidad de que la oposición brasileña utilice el fallo como una herramienta política para promover una destitución contra la presidenta Rousseff.
Anteriormente el fiscal Adams aseguró que la decisión del TCU procede con parcialidad e intencionalidad política.
Por su parte la oficina de prensa de la Presidencia emitió un comunicado en el señaló que los órganos técnicos y jurídicos del Gobierno tienen convicción de la existencia de motivos legales para el rechazo a la decisión emitida decisión por el Tribunal de Cuentas.
La nota oficial critica al TCU por sancionar medidas del Gobierno para el financiar financiamiento de "programas sociales como la Bolsa Familia y Mi Casa, Mi Vida".
Fuente: Telesur