"Las Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora comunicamos, con gran dolor, el deceso de nuestra compañera de lucha Aurora Bellocchio. Aurora no sólo dedicó el resto de su vida a la búsqueda del paradero de su hija Irene y de su yerno Rolando Pisoni, sino que fue una férrea luchadora en la defensa de los derechos humanos y, no obstante tanto esfuerzo y dedicación a esa causa, completó su vida con la hermosa tarea de criar a su nieto Carlos; hijo de Irene y Roly".
De esta manera, Madres de Plaza de Mayo línea Fundadora despidió a una de sus emblemas en la lucha por los Derechos Humanos y la búsqueda constante de los desaparecidos por el terrorismo de estado de la última dictadura militar.
"Querida amiga nos comprometemos a continuar tu lucha en la búsqueda de tus hijos y de los 30.000 detenidos desaparecidos", cerraron las Madres en un comunicado difundido esta tarde.
Hija de un italiano que había emigrado a principios de siglo, con una vocación frustrada de dibujante o pintora, Aurora vio, a lo largo de sus 93 años de vida, casi todas las cosas buenas y malas: “He visto caer gobiernos, he visto matar gente, he vivido desde la época del derrocamiento de Yrigoyen. Viví todos los golpes de Estado; algunos momentos felices o importantes, pero este país está signado por la muerte y por el odio”, dijo en un largo testimonio en primera persona que dio para para el Programa Educación y Memoria, cuando visitó la Escuela Nº 2 y la Escuela Nº 3 de la ciudad de Buenos Aires.
En 2009, Aurora publicó su autobiografía: “Pelear la vida”. Ahí dijo: “Tuve caídas espaciadas y otras en seguidilla. De todas ellas, conseguí levantarme. Tampoco me caí con la desaparición de Irene. Al igual que el resto de las Madres, tuve capacidad de transformar el dolor en voluntad de pelear. Pero, mirando el recorrido, pienso que la capacidad para no caerme surgió también de otras condiciones, menos precisas, que tienen que ver con mi personalidad, algunas de las cuales ya estaban presentes en ella y otras que tuve que ir construyendo.”
Ante la desaparición de Irene, no se resignó. “El fin de la resignación implicó transformarse de madre abnegada de 7 hijos en Madre de Plaza de Mayo: a darme cuenta de que lo que me pasó a mí formaba parte de una realidad de muchos, de una realidad social, política, económica y que mi respuesta a esa realidad individual no podía hacerse desde mi condición de madre, sino de Madre de Plaza de Mayo. Todo este proceso fue liberador en un sentido, pero muy doloroso. Por el dolor de la desaparición de Irene, por el dolor de las rupturas. Pero también permitió, en un plano personal, que pueda pararme desde otro lugar. Y en un plano social, aportar un pequeño granito de arena a la lucha por la verdad y la justicia.”
Charly creció bajo su cobijo y desde joven se decidió a seguir la huella que había abierto su abuela: en marzo de 1996, mientras estaba de visita en lo de sus tíos, que habían tenido que exiliarse en Costa Rica, vio la marcha multitudinaria en Argentina, al cumplirse veinte años del golpe de Estado. Era una marea humana incontenible. Una chica de H.I.J.O.S. era entrevistada en la pantalla de televisión. “Expresaba exactamente todo lo que yo pensaba. Entonces me digo: ‘Yo tengo que estar ahí’. Cuando llegué a la Argentina, fui directamente a la agrupación y no me fui nunca más”, contó Pisoni en un reportaje.
En junio de 2013, el subsecretario de Promoción de Derechos Humanos de la Nación. Esta tarde, a las 17:03, hizo el anuncio en su cuenta de Twitter: “Con profundo dolor les cuento que hoy falleció mi abuela y Madre de Plaza de Mayo Aurora Zucco de Bellocchio”. Su velatorio será desde las 20.30 en el Auditorio de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, en 25 de Mayo N° 552. Mañana la llevarán a las 11 al Cementerio de la Chacarita.