Por Cecilia Osorio
Especial desde Buenos Aires
Después de que Beatriz Chacón señalara que su novio Mariano Luque mató a su hermana Johana, la pista del homicidio cobró más firmeza. El testimonio es una pieza fundamental para allanar el camino hacia la resolución del caso, pero la Fiscalía de Delitos Complejos deberá probar esos dichos y hallar el cuerpo de la niña. Paralelamente, esa información servirá para revisar la causa por la desaparición de Soledad Olivera, en la que Luque fue absuelto.
En este contexto, Silvia Minoli, directora de la escuela Virgen del Rosario a la que asistió Johana Chacón hasta 2012 y quien desde ese momento encabezó la campaña por su búsqueda, habló sobre la compleja trama que subyace en el entorno familiar en el que vivió la menor desaparecida: “Beatriz Chacón fue muy contradictoria desde niña, pero no se puede juzgar a alguien que también es víctima de un contexto. Estamos en un momento muy importante de la investigación. Si yo te digo qué presiento, creo que Beatriz llegó al límite de su conciencia y está diciendo algo que en verdad vio”.
En el juicio por privación ilegítima de la libertad de Soledad Olivera contra Luque, la hermana de Johana Chacón sostuvo la inocencia de su pareja, incluso alimentó la teoría de una red de trata como responsable de las desapariciones de Soledad y Johana.
Se le preguntó a Minoli qué dudas tiene en este momento: “Hasta que no aparezcan los cuerpos no vamos a saber nada con certeza. Todo este tiempo Beatriz estuvo encubriendo, tal vez por temor o por amenazas. Hay que ver el contexto en el que se desarrolla todo”.
Señaló que “el único acusado es Luque, quien estuvo en la mira estos tres años” y añadió que “si hay más implicados la Justicia deberá determinar quiénes son y qué hicieron”.
Qué aportó la investigación como un caso de trata de personas
“Tratamos de ser cauteloso por todas las organizaciones que nos acompañaron. Sabíamos por datos de la investigación provincial que no había indicios de una red de trata en el caso de Johana. La línea más certera era la de desaparición, averiguación de paradero”, aclaró la docente que esta semana viajó al Senado de la Nación para visibilizar el caso a nivel nacional.
Minoli opinó que la línea investigativa que a partir de la demanda de distintas organizaciones sociales abrió el fiscal federal Fernando Alcaraz, con un expediente en la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex), sirvió para “sacar más conclusiones, amplió la búsqueda. Todos estos dispositivos de investigación conducían hacia el mismo lugar, el homicidio”.
El entorno de Johana, una trama compleja
Minoli señaló que organismos del Estado, como la Dinaf, tomaron intervención, pero no garantizaron los derechos de Johana y sus hermanos: “La mamá de Johana dejó el hogar porque sufría violencia y se llevó a sus niños. Ante un reclamo del padre de los menores (Bernardo Chacón) el Estado se los sacó, en lugar de protegerla y brindarle las posibilidades para que mejoraran sus condiciones”.
Beatriz Chacón era menor de edad cuando comenzó a vivir con Mariano Luque en la finca de Luis Curallanca, en Tres de Mayo -donde parecen situarse los hechos-. Este hombre, padrastro de Luque “se fue llevando a los chicos Chacón de a poco, con autorización del padre de éstos, porque estaban en una situación de pobreza importante. Curallanca asistía a la escuela y se hacía cargo de algunas cuestiones”, contó Silvia Minoli.
¿A partir de vivir en lo de los Curallanca, la situación de Johana mejoró en algún punto?, se le preguntó a Minoli: “Los chicos estaban alimentados, bien vestidos, eso es lo que veíamos”.
Respecto de los últimos tiempos en que Johana concurrió a la escuela, la directora y docente refirió la dificultad de acceder al entorno en el que la niña vivía: “Ellos (Johana y sus hermanos) decían que sólo comían y pasaban el día en lo de Curallanca. Lo cierto es que cuando Johana se bajó del colectivo en la finca esa última vez y empezaron las investigaciones, se descubrió que la noche anterior había dormido en esa casa”.
“La relación de Beatriz con Johana no era de lo mejor. Creo que allí había un silencio influido por los adultos. Era muy difícil sacarle a ella y sus hermanos alguna información”, sumó la directora de la escuela Virgen del Rosario.
“Fue un femicidio”
Con la pista del homicidio fortalecida por las nuevas declaraciones, Minoli interpretó que se puede "hablar de femicidio, porque la desaparición es posterior a la ley (se incorporó al Código Penal en 2012)”.
La directora escolar pidió a las autoridades judiciales mayor celeridad y seriedad cuando se inician este tipo de casos y opinó: “Lo único positivo que rescato es que hoy somos más concientes de lo que pasa”.