El Parlamento catalán aprobó este lunes el inicio del proceso de independencia y constituyente de un nuevo Estado para Cataluña, con una declaración aprobada con los votos afirmativos de 73 diputados contra 62 en contra. El proceso de "desconexión", tal como lo llama la declaración, insta al Govern de la Generalitat (gobierno local) a mantener obediencia exclusiva a las normas y leyes emanadas del Parlament y, por tanto, desobediencia al Tribunal Constitucional.
A la declaración, propuesta y votada a favor por Junts pel Sí y la CUP, se le añadió el pasado viernes un anexo en el que se concretan los temas para los que proponen la desobediencia al TC, como son el decreto de pobreza energética, la ILP de vivienda, el acceso universal a la sanidad, paralizar la reforma educativa o la renegociación de la deuda, entre otros. El anexo también ha sido aprobado por el pleno.
Por su parte, el grupo de Catalunya Sí que es Pot había presentado otra resolución en la que instaba a priorizar un plan de rescate ciudadano y el inicio de un proceso constituyente, texto que ha sido rechazado por la mayoría del pleno, reuniendo solo 11 votos afirmativos, correspondientes al propio grupo.
Una vez aprobada la declaración independentista, los diputados del PP han enseñado banderas españolas y catalanas, mientras que los de CSQEP han hecho lo propio con carteles en los que se reclamaba un referéndum.