La organización que se atribuyó los ataques en París, que dejaron 129 muertos y centenares de heridos, controla actualmente un amplio territorio en Irak y Siria, donde aspira a establecer un califato gobernado bajo la estricta ley islámica sharia.
Y su abrumador avance hubiera sido imposible sin recursos monetarios.
Tal es su poderío económico y financiero que ha eclipsado al de Al Qaeda. De hecho, muchos miembros de EI son disidentes de la organización que lideró el fallecido Osama bin Laden, a la que no consideran suficientemente radical.
1. Donaciones
Donantes ricos privados y organizaciones benéficas islámicas en el Medio Oriente –en particular en Arabia Saudita y Qatar– fueron su fuente inicial de ingresos.
Sus benefactores sunitas donaban con el fin de derrocar al presidente de Siria, Bashar al Assad, que pertenece a la secta alauita del islam.
Aunque el dinero de esas fuentes todavía financia los viajes de los combatientes extranjeros a Siria e Irak, ahora el grupo se autofinancia en buena medida.
2. Petróleo
El Departamento del Tesoro de Estados Unidos estima que en 2014, EI pudo haber ganado hasta varios millones de dólares por semana, hasta US$100 millones en total, de la venta de petróleo crudo y productos refinados a los intermediarios locales, quienes a su vez los contrabandeaban a Turquía e Irán, o los vendían al gobierno sirio.
"El grupo no se plantea destruir las fuentes energéticas que conquista militarmente. El objetivo es usar los beneficios para la construcción del Estado Islámico o califato", asegura Mariano Aguirre, director del Norwegian Peacebuilding Centre (NOREF).
Pero se cree que los ataques aéreos contra la infraestructura del petróleo ahora han disminuido esos ingresos.
3. Secuestro
El secuestro también generó al menos US$20 millones en pagos por rescates en 2014.
Un desertor de EI reveló que la organización dispone de un departamento entero dedicado a los secuestros, llamado "Aparato de Inteligencia".
Su blanco favorito son los periodistas extranjeros en el momento en que ponen un pie en las ciudades cercanas a la frontera con Siria.
El secuestro también le sirve la organización como una valiosa herramienta de propaganda.
4. El robo, el saqueo y la extorsión
EI obtiene varios millones de dólares mensuales a través de la extorsión a quienes viven en las zonas bajo su control total o parcial, de acuerdo con el Departamento del Tesoro de Estados Unidos.
Los pagos se extraen de los que pasan por la zona, hacen negocios o simplemente viven allí, a cambio de la prestación de servicios o la "protección".
EI también se beneficia del asalto de bancos, el saqueo y venta de antigüedades, así como de robar o controlar las ventas de ganado y cosechas.
5. Impuesto sobre las minorías religiosas
Las minorías religiosas se ven obligadas a pagar un impuesto especial, llamado "jizya".
El año pasado, fue leído en las mezquitas en la ciudad iraquí de Mosul un comunicado emitido por EI llamando a los cristianos a convertirse al islam, pagar jizya o enfrentar la muerte si no abandonaban la ciudad.
"Nosotros les ofrecemos tres opciones: islam; el contrato dhimma, que implica el pago de jizya, si se niegan esta no tendrán nada sino la espada", indicó la declaración de EI.
6. La esclavitud
Estado Islámico también ha recaudado fondos mediante la venta de niñas y mujeres secuestradas como esclavas sexuales.
Cuando el Estado Islámico tomó la ciudad de Sinjar, en el norte de Irak, la minoría religiosa yazidí denunció que miles de sus mujeres y niñas fueron tomadas como prisioneras y muchas fueron utilizadas como esclavas sexuales.
Una mujer yazidí, Hannan, le contó a la BBC que había sido llevada con otras 200 mujeres y niñas a un mercado de esclavos, dónde los combatientes escogían a sus mujeres.
Fuente: BBC