Al obispo de La Rioja Enrique Angelelli lo mataron el 4 de agosto de 1976 en un simulado accidente de tránsito cerca de la capital de esa provincia. Su crimen dejó de estar impune el año pasado cuando el Tribunal Oral Federal de La Rioja condenó a perpetua al ex general Luciano Benjamín Menéndez y el ex vicecomodoro Luis Fernando Estrella por haber sido “autores mediatos de homicidio doblemente calificado por el concurso de dos o más personas y por procurar la impunidad”. Ahora, la Sala IV de la Cámara Federal de Casación Penal (CFCP) confirmó las condenas.
Los camaristas Mariano Borinsky, Gustavo Hornos y Juan Gemignani ratificaron las condenas por unanimidad. Sin embargo, la orden de revisar la forma del cumplimiento de la pena se decidió por mayoría, con el voto de los dos últimos. Es decir, revocaron la parte del fallo dictado el 4 de julio de 2014 por el Tribunal Oral Federal de La Rioja que mandó a cumplir la pena en una “cárcel común”.
Tras el fallo del año pasado, Estrella fue trasladado al penal de Bower, en Córdoba. En tanto que Menéndez ya estaba preso en Marcos Paz debido a otras condenas por delitos de lesa humanidad perpetrados durante la última dictadura cívico militar.
Además de la muerte de Angelelli, los camaristas analizaron las responsabilidades de los imputados en la “tentativa de homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas” de Arturo Aído Pinto, quien acompañaba al obispo.
Los jueces se refirieron a la “autoría mediata” de Menéndez y Estrella. Es decir, en el marco de la represión, “los imputados, desde los altos cargos militares que detentaron, formaron parte de dicho aparato organizado de poder, siendo responsables en la conducción de dicho plan de represión en la provincia de La Rioja”.
Agregaron, además, que “resulta ostensible, pues, que los hechos examinados en las presentes actuaciones han sucedido en el contexto de la represión ilegal”, perpetrada “en forma generalizada y por un medio particularmente deleznable cual es el aprovechamiento clandestino del aparato estatal”.
La mayoría que revocó la orden de “cárcel común” evaluó la edad de los octogenarios condenados y la necesidad de nuevos exámenes médicos por afecciones coronarias.
La muerte del Obispo
El 4 de agosto de 1976 el obispo Enrique Angelelli viajaba junto al padre Arturo Pinto desde El Chamical hasta la ciudad de La Rioja, cuando dos autos lo encerraron en un paraje conocido como Punta de los Llanos. El sacerdote perdió el control de la camioneta Fiat 125 Multicarga que manejaba y despistó. Murió cuando era trasladado a una clínica de la capital riojana.
Su muerte llegó a debatirse en un juicio oral 38 años después. Se trató de una de las investigaciones más largas de la historia judicial Argentina. El expediente atravesó distintos reveses judiciales de avances y retrocesos. En los nueve meses que duró el debate quedó probado que el asesinato del obispo fue premeditado por los altos mandos de la dictadura cívico militar.
Angelelli sabía que lo querían matar. En febrero de 1976, el vicario de la diócesis de La Rioja y dos activistas muy cercanos al obispo fueron detenidos. Cuando el coronel Battaglia asumió como interventor militar, el 24 de marzo, fue a verlo. Como no tuvo respuesta, fue a ver al general Luciano Menéndez. Le habló de sus pastores y de su preocupación.
- Es usted quien tiene que tener cuidado- le contestó el mandamás castrense de diez provincias.
Fuente: Télam/Infojus