Desencuentro entre el presidente de Francia, François Hollande, y el de Irán, Hasán Rohaní a costa del... vino. La comida entre ambos mandatarios prevista para este jueves con motivo de la visita del jefe de Estado iraní al país galo ha sido cancelada después de que las autoridades francesas se negaran a cumplir las exigencias de sus invitados.
La delegación de Rohaní había pedido que se sirviera carne halal y que no hubiera vino para cumplir con los protocolos musulmanes, que prohíben la ingesta de alcohol y sentarse a una mesa en la que otros lo beban. Francia, antes de renunciar a servir vino y abandonar sus "tradiciones republicanas" para las comidas oficiales, decidió cancelar el encuentro culinario.
Se trata de la primera vez en 17 años que un presidente de Irán viaja a Francia. Rohaní cierra en el país galo una minigira europea que inició en Italia. A diferencia de las autoridades francesas, el Gobierno italiano sí optó por cumplir los requisitos iraníes y decidió retirar el alcohol de la comida oficial. Además, también cubrió las estatuas con desnudos que se encontraban en el recorrido que realizó Rohaní en los Museos Capitolinos de Roma.
Además de la anécdota del vino, la llegada del presidente iraní a París estuvo marcadacon una protesta de Femen. La organización recibió a Rohaní con el ahorcamiento simbólico de una de sus activistas en toples y con la bandera iraní pintada en el pecho. Con esta imagen, con la Torre Eiffel de fondo, Femen, según indicó, pretendía dar denuncia la situación de los derechos humanos en Irán y dar la bienvenida al "campeón del mundo de las ejecuciones públicas".
En cuanto a la visita en sí de la delegación iraní a Francia, ambos países han manifestado su intención de "pasar página" tras el levantamiento de las sanciones contra Irán por su programa atómico. "Olvidemos los rencores. Estamos listos para pasar página hacia unanueva relación entre los dos países, y la voluntad política es el ancla principal entre ambos", dijo Rohaní en la apertura de un encuentro en la sede de la patronal francesa Medef en París.
El presidente iraní, acompañado de seis ministros, destacó que su país necesita inversión en áreas como la energía, la agricultura, el transporte o la aeronáutica, y pidió que se aproveche la "atmósfera positiva" creada con el levantamiento de las sanciones como impulso.
Rohaní admitió además que desde la imposición de las sanciones internacionales en 2006 su país atravesó una "situación complicada", en la que pese a todo han avanzado "paso a paso, de forma pausada pero sólida", y han superado "problemas económicos muy complejos", como una fuerte inflación, para poder aumentar su competitividad. "La imposición de sanciones nunca ha tenido éxito en la historia. Perjudica a las dos partes", destacó en su breve intervención ante destacados dirigentes empresariales de uno y otro país.
Las autoridades francesas recuerdan que, como consecuencia de esas sanciones, las importaciones francesas procedentes de Irán pasaron de 2.500 millones de euros en 2006 a solo 61 millones en 2014. "Debemos trabajar con convicción y valentía. Nos interesa a los dos países", manifestó Rohaní, que aseguró que esta nueva etapa en su colaboración bilateral no supondrá "un perjuicio" al resto de naciones.
Fuente: Público.es