La administración macrista auspicia el endeudamiento en los mercados internacionales de crédito para las provincias que tienen necesidades de dinero líquido para administrarse. La provincia de Buenos Aires, Mendoza y Neuquén ya tienen el consentimiento del presidente para pedir plata en el exterior.
Macri pretende que los gobernadores acudan a esa vía para pagar sus déficit en lugar de ir por auxilio a la Casa Rosada. Pero en los mercados internacionales de crédito no hay plata grande para las provincias argentinas hasta el país no le pague lo que pretenden los fondos buitre, casi 10 mil millones de dólares devenidos de deudas impagas por el neoliberalismo de los '90 que se originaron en los créditos para pagar los déficit del neoliberalismo de los '90.
Según contó este lunes la periodista Mariana Verón en el diario La Nación, con escasos recursos, el gobierno de Mauricio Macri impulsa a los gobernadores a endeudarse como una medida paliativa ante la falta de fondos de las arcas nacionales. El pedido de la Casa Rosada es parte de la ronda de diálogos que mantiene el Gobierno con los mandatarios, en medio del debate por ley de coparticipación que, según sostienen en Balcarce 50, no tendrá acuerdo y quedará postergado.
El equipo económico y político del Presidente le garantizó ya a los gobernadores que aprobará los avales por parte del Ministerio de Hacienda y Finanzas, que conduce Alfonso Prat-Gay, como garantía del apoyo de la Casa Rosada para tomar compromisos internacionales.
El pedido para que los gobernadores se endeuden en el exterior está acompañado de la promesa de la Casa Rosada de resolver el conflicto con los fondos buitre, para conseguir, una vez destrabado ese pleito, préstamos más baratos. A cambio, reclaman el apoyo de los legisladores que responden a las distintas provincias en el debate que se vendrá en el Congreso si la Casa Rosada logra un acuerdo para el pago.
Los cambios a la coparticipación quedarán para después
El Gobierno retomará -agregó La Nación- los encuentros con los gobernadores ante la promesa de debatir un nuevo reparto de los recursos coparticipables. De todas maneras, no hay expectativas oficiales de que pueda salir un acuerdo. A cambio, están ideando un esquema para descentralizar la administración y ejecución de los fondos, aunque el Presidente se reservará la decisión de a quién, cómo y en qué momento distribuye los recursos nacionales. Lo que hará es dejar en manos de los gobernadores la decisión de definir qué obra hacen y cómo la licitan.
Está descartado, además, que la Casa Rosada dé marcha atrás con la anulación para la devolución a las provincias del 15 por ciento que retiene por coparticipación.