Hay marcadas diferencias entre las expectativas de las bases de los gremios de los empleados públicos y la disponibilidad de fondos que previó el Ejecutivo para los salarios. Aún no se cerró ningún acuerdo en este ámbito.
Escuelas, hospitales, centros de salud y tribunales paralizados. Ese es el escenario para el que se prepara el Gobierno provincial como consecuencia de los sucesivos fracasos de las paritarias con los gremios de los empleados estatales.
Esta semana se prevé que ATE y AMPROS concreten asambleas para decidir medidas de fuerza contra la propuesta del Gobierno de aumento salarial. Este martes en la tarde los paritarios de los dos gremios más combativos del ámbito de la salud escucharán una propuesta similar a la que el Ejecutivo le hizo a los docentes del SUTE: 26% en dos tramos. Los dos gremios pidieron de entrada el 50% de incremento y anticiparon que de ninguna manera van a aceptar una oferta menor al acuerdo que se cerró en 2012, por el cual los trabajadores de la salud tuvieron incrementos de entre el 35 y el 44%.
La modalidad de asambleas que emplean los gremios de la Salud implican la paralización de la atención de los servicios que no representan urgencia para los pacientes del sistema público, pero este año aparecen las asambleas como medidas para presionar en la primera parte de la negociación salarial. Si se tensan las posturas, la segunda fase desde las organizaciones sindicales será el llamado al paro. El primero de un día y luego se irán sumando días consecutivos si es que no hay acuerdo en la paritaria.
Todo indica que el primero de los paros en la salud podría convocarse para la semana próxima. Para la misma época los docentes tienen pendiente un paro de tres días consecutivos con movilización por las calles céntricas de la capital provincial, una medida que estaba programada para las tres primeras jornadas laborales de esta semana pero se congeló para que en cada escuela se analice la mejora que hizo el gobierno sobre la propuesta que motivó el rechazo y la convocatoria al paro.
En las asambleas de las escuelas, los plenarios departamentales y el cónclave provincial de delegados del SUTE se sostuvo por unanimidad el rechazo a un incremento salarial para el año del 26% distribuido en tres instancias. La mejora que hizo el gobierno y provocó que la conducción del gremio docente postergara el paro fue achicar los plazos de implementación del aumento a dos cuotas. En las instancias previas de discusión en las bases del gremio docente la idea que primó fue exigir que el aumento se otorgue en una sola vez, incluso con fuerte apoyo para la moción de que sea retroactivo a enero el acuerdo que se firme.
Esa exigencia también tiene fuerte adhesión en las bases de los gremios de la salud, aunque en este ámbito no se da el nivel de conflicto entre agrupaciones internas que se presenta en el SUTE. El gremio de los educadores está en ebullición desde que Javier Guevara, secretario general y referente de la lista Celeste Nacional, anunció la suspensión del paro votado por una amplía mayoría de los docentes para analizar el acortamiento de los plazos para implementar la suba salarial que propuso el jefe paritario del Gobierno, Mauricio Guzmán.