La decisión del gobierno nacional de frenar el desarrollo del tercer satélite geoestacionario de comunicaciones argentino Arsat-3 pone en vilo a la empresa rionegrina Invap, que diseñó y construyó las dos versiones anteriores, que están en órbita. El 40% de los 1.500 trabajadores de la compañía estatal se desempeña en el área satelital.
El ministro de Comunicaciones de la Nación, Oscar Aguad, ya había hablado de una postergación y el presidente Mauricio Macri eludió las definiciones en su visita del 8 de marzo a Invap (para la firma de una asociación con Los Grobo).
La decisión se da a conocer días después de la visita del presidente de Estados Unidos, Barack Obama, a Bariloche. Macri había anunciado que junto a Obama que llegaría la NASA a colaborar con Invap.
El anuncio del freno lo hizo Rodrigo De Loredo, que es presidente de la empresa Arsat, dueña de los satélites, en el diario "El Cronista". Adujo que los servicios del Arsat-2 no fueron vendidos y que sin financiamiento, no hay fondos para la tercera edición.
"Arsat necesita autofinanciamiento porque nos encontramos con una empresa que tiene cosas buenas pero con un desmanejo de los fondos. Y en este camino buscamos la incorporación de socios colaborativos", explicó De Loredo, que está casado con una hija del ministro de Comunicaciones de la Nación, Oscar Aguad.
Su antecesor, Matías Bianchi, lo refutó: dijo que dejó la empresa con contratos firmados por el 30% de la capacidad del Arsat-2 y con posibilidades de avanzar en otros acuerdos, teniendo en cuenta que este satélite alcanza el territorio de América del Norte.
"Llegamos y nos encontramos con que habían lanzado el Arsat-2 sin haber comercializado absolutamente nada. Ahora estamos presentando los permisos para vender la pisada del satélite", dijo De Loredo.
"Es parte de la famosa campaña del miedo", respondió Bianchi. "Arsat-3 tenía ofertas de bancos extranjeros para financiar la construcción y con los fondos del 1 y 2 podía financiarse", añadió.
Invap prefirió no salir a opinar sobre la decisión. Tiene muchos intereses en juego con el Estado nacional, que es su principal cliente, entre ellos la terminación de los satélites de observación Saocom, que están en plena fabricación en la planta de Bariloche y la construcción de radares.
No son pocos los pequeños empresarios barilochenses, proveedores de Invap, que están pensando seriamente en buscar nuevos horizontes o reconvertirse, bajo la sospecha que el gobierno de Macri abandonaría el desarrollo satelital.
Fuente: Río Negro