"En el D2 funcionaba la División Investigación de la Información: 30 empleados trabajaban mañana, tarde y noche clasificando ficheros con datos de gremialistas, militantes, estudiantes", señaló este lunes Patricia Santoni, quien alega en el Megajuicio de Lesa Humanidad por el Ministerio Público.
Santoni se explayó este lunes sobre las causas de María Luisa Sánchez y Alicia Morales de Galamba, y según detalló, la recolección de datos, armado de ficheros y clasificación de información sobre los gremialistas y militantes no era la única rutina que los grupos de tareas tenían en ese centro de detención.
Desnudar prisioneros por diversión, picanear y violar detenidos y detenidas, era el alimento diario de los torturadores en el D2. Los perpetradores de estos vejámenes actuaron con tal impunidad, según detalló Santoni, que robaban objetos a sus víctimas mientras eran picaneados vendados -como anillos y otras pertenencias- y luego las ostentaban, pese a que ello implicaba que los reconocieran.
Así pudo ser factible la acusación contra Manuel Bustos Medina, Jorge Blanco Luna, Timoteo Rosales, Alfredo Castro, Mario Esteban Torres, Pablo Gutiérrez Araya y Marcelo Rolando Moroy, todos ellos partícipes activos en sesiones de tortura en el D2.
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