Cambia marchas por Selección. El líder cegetista Hugo Moyano trama darle continuidad a su carrera al frente de la AFA, dejando vacante el liderazgo de la CGT, que mantiene desde hace 12 años.
La jugada de Moyano implica dar un paso al costado como conductor de la central obrera al mismo tiempo que dar el zarpazo por la Presidencia de la AFA. Nicolás Russo, presidente de Lanús y dirigente massista de ese partido del Sur del Conurbano, y Claudio Chiqui Tapia, presidente de Barracas Central y yerno de Moyano, son figuras claves para la trama del líder camionero destinada a ocupar un lugar de poder distinto al asumido hasta ahora.
Nicolás Russo tiene los votos de la mayoría de equipos medianos y chicos de la Primera, mientras Chiqui Tapia controla el ascenso. Con eso, Moyano calcula tener el caballo del comisario en la negociación con los mandamás de los grandes sin Independiente: con Mauricio Macri de presidente, Daniel Angelici, presidente de Boca, se embanderó con Rodolfo D'Onofrio (River) y Víctor Blanco (Racing), quienes con Matías Lammens (San Lorenzo) planean una superliga administrada por fuera de la conducción de la AFA.
El presidente de Independiente se mantuvo expectante en el proceso de sucesión de Luis Segura, presidente de la transición desde la muerte de Julio Grondona, pero en los últimos días hay versiones desde dos ámbitos que anticipan un cambio de rumbo en la interpretación del poder por parte de Moyano.
Mientras las fuentes sindicales indican que el camionero no peleará por la conducción de la CGT que está en trámite de reunificarse, las del mundo del fútbol marcan un cambio en las aspiraciones conocidas del titular del Rojo.