En la recta final de la campaña electoral para la sucesión del presidente Barack Obama los candidatos Donald Trum y Hillary Clinton extreman sus discursos en materia de seguridad en el nombre del efecto de las balas que se cobraron 50 vidas al menos en el Sur de Estados Unidos entre los votantes.
Un rato después de conocerse la ocurrencia de un atentado en un club gay de Orlando, en La Florida, los postulantes presidenciales de los republicanos y de los demócratas salieron a ponerle palabras a la tragedia con la intención de convencer a los votantes. Trump está acostumbrado a apelar al extremismo para convencer votantes, mientras Clinton cada vez se le acerca más en pos de votantes también.
En la Cumbre de la Fe y la Libertad a la que asistieron miles de evangelistas, Trump acusó a Clinton de “promover la abolición de la Segunda Enmienda” constitucional que permite la posesión de armas, una garantía -según una porción cada vez más grande de estadounidenses- contra la inseguridad.
Clinton, en cambio, buscó hasta ahora un camino alternativo transformándose en acompañante de quienes buscan imponer restricciones para reducir las más de 30.000 muertes que las armas de fuego provocan por año. Por eso, semanas atrás, encabezó un acto en Florida con la madre de Trayvon Martin y otros padres de familia que perdieron hijos debido a ese tipo de violencia.
En la convención de la organización que defiende los derechos de compra y tenencia de armas (NRA) en Louisville, Kentucky, Trump reiteró su acusación contra Hillary asegurando que “nunca” los decepcionará permitiendo la abolición de la Segunda Enmienda.
La respuesta de su rival demócrata sonó más neutra: Apoya la Segunda Enmienda pero aboga por medidas de seguridad para mantener las armas fuera del alcance de quienes no deben acceder a ellas.
Por lo que pide que se amplíen las revisiones de antecedentes para venderlas en ferias específicas y por internet, a la par de que se restablezca una prohibición para las armas de asalto. ¿Alcanza para convencer frente a un discurso tan duro?
Vale recordar que la masacre de 2012 en un cine de Aurora, Colorado, cuando se estrenaba la película de Batman, la perpetró un desquiciado que había gastado 8.000 dólares comprando el armamento por internet.
Estas diferencias, de modo menos explícito, también se notan en el seno del Partido Republicano. La pasada semana, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, republicano él, anunció un plan de Seguridad que se diferencia sustancialmente de manifestaciones de Trump.
Habla, por ejemplo, de un “país de inmigrantes” en lugar de perseguirlos, no menciona la construcción de un muro en la frontera con México ni de expulsar a los indocumentados del país, como propone el magnate. Por el contrario, le “sugiere” leer el documento con 67 propuestas.
Sin embargo, como sucede luego de cada terrible hecho como el de este domingo, la polémica quedará instalada y la mesa servida para los dueños de posiciones extremistas y ahí es dónde se verá el pulso de la ex secretaria de Estado para fijar un discurso diferente y a la vez atractivo para los estadounidenses.
Las encuestas de opinión, como siempre, jugarán un papel importante para saber qué dirección tomarán los candidatos, aunque no hace falta esperar demasiado para imaginar que Trump utilizará todos sus recursos para profundizar la campaña de miedo sosteniendo su intransigencia en el tema armas.
En cualquier caso, las esquirlas de la disco Pulse van a rozar buena parte del camino que le resta a ambos para llegar al sillón de la Casa Blanca.