Gary Johnson es el candidato a la Casa Blanca por el Partido Libertario y se enfrentará a Hillary Clinton y Donald Trump en las elecciones presidenciales de noviembre en Estados Unidos.
Es un promotor del menor Estado posible y un militante ferviente por la despenalización de la marihuana que debió resignarse a bajar esa bandera para dar pelea por los votos de los ciudadanos que repudian tanto a Clinton como a Trump, que constituyen un alto porcentaje, según los sondeos.
El Libertario es el tercer mayor partido del país por número de afiliados: unos 411.000 hasta febrero de este año. Y aunque su mayor logro fue alcanzar el 1% en las elecciones de 1980, esperan que 2016 sea su año. Los dirigentes más encumbrados del Partido Libertario provienen del Partido Republicano, como el postulante presidencial.
Creado en 1971, este partido se caracteriza por su rechazo al excesivo gasto gubernamental y su defensa de la libertad individual y de las posiciones más liberales y tolerantes en temas sociales.
¿Son muy optimistas quizá? A juzgar por la historia, así parece: desde 1853, cuando concluyó el gobierno de Millard Fillmore, todos los presidentes de Estados Unidos han sido electos como candidatos del Partido Republicano o del Partido Demócrata.
Este año, sin embargo, algunas cosas son diferentes. El virtual aspirante republicano, DonaldTrump, y su virtual rival demócrata, Hillary Clinton, acumulan niveles históricos de rechazo entre los votantes.
Una encuesta realizada a finales de mayo para ABC News y The Washington Postseñala que ambos candidatos aparecen empatados en cuanto a la cantidad de electores registrados que les rechaza: 57%.
De igual forma, 61% rechaza al Partido Demócrata y 62% objeta al Partido Republicano. ¿Abre esto la oportunidad para la incursión de un tercer partido? Los libertarios creen que sí.
"Hay votantes republicanos que se sentirán engañados porque su candidatura presidencial fue tomada por una estrella de los programas de telerrealidad", dijo Nicholas Sarwark, líder nacional del Partido Libertario, durante la Convención nacional de ese partido realizada en Orlando (Florida) hace unos días.
"Habrá electores demócratas que sentirán lo mismo cuando la socia del sector empresarial (Clinton) deje fuera de juego al senador Bernie Sanders en un proceso amañado", agregó.
El encuentro sirvió para escoger a Johnson como candidato a presidente y al exgobernador de Massachusetts William Weld como aspirante a la vicepresidencia.
Republicanos por la variante libertaria
Johnson tiene esperanzas de conquistar el voto de muchos republicanos descontentos con la postulación de Trump.
"Si son honestos consigo mismos y realmente son partidarios de un gobierno más pequeño, entonces yo estoy en eso", dijo Johnson durante una entrevista reciente con la BBC.
Según la encuesta de ABC News y The Washington Post,44% de los votantes consultadosafirman que quieren la opción de un tercer partido.
En el caso de los republicanos, Johnson los conoce bien, pues hasta hace cuatro años fue uno de ellos.
De hecho, estuvo inscrito como aspirante a las primarias presidenciales de 2012, de las que se retiró prontamente al ver que su candidatura no alzaba el vuelo. Entonces, se postuló como nominado del Partido Libertario, obteniendo 1,2 millones de votos.
El suyo no es un caso único. El excongresista Ron Paul fue candidato presidencial por el Partido Libertario en 1988 y, luego, aspiró a la nominación republicana en 2008 y 2012.
Entre 1995 y 2003, Johnson fue durante dos períodos gobernador del estado de Nuevo México, electo por el Partido Republicano.
Durante su mandato, este exitoso empresario que de la nada creó una de las empresas de construcción más importantes de ese estado, logró detener el crecimiento del gasto fiscal por medio del veto de 739 iniciativas, una cifra que supera a la de los otros 49 gobernadores juntos.
Detrás de estas decisiones no sólo había motivaciones fiscales, sino también la intención de evitar que el gobierno se inmiscuyera en áreas en las que en su opinión no tenía cabida.
Marihuana libre
En 1999, Johnson se convirtió en uno de los funcionarios electos de mayor rango en Estados Unidos en abogar por la legalización de la marihuana y para que la drogadicción fuera tratada como un tema de salud y no como un asunto criminal.
Siguiendo esa misma línea, en 2014 se convirtió en directivo de Cannabis Sativa Inc., una empresa que produce aceites a base de marihuana que podrían servir para tratar algunas enfermedades como la epilepsia en los niños.
Esta semana, Johnson anunció que había dejado de consumir los productos de esa empresa y que no pensaba consumir marihuana si llegaba a la Casa Blanca.
Las pesadas estadísticas
Pese a ser el tercer partido con más votantes registrados de Estados Unidos, históricamente los resultados electorales del Partido Libertario son modestos.
Porcentualmente, sus mejores resultados los obtuvieron en las elecciones de 1980, cuando lograron 1,07% de los votos.
Por número de sufragios, su mejor papel lo hicieron en 2012 con 1, 2 millones de votos.
Esta primavera, sin embargo, dos encuestas mostraron que el apoyo a Johnson se ubicaba en 10% y 11% del voto nacional.
Si llegan al 15% les será permitido participar en los debates electorales de la campaña presidencial. Sería la primera vez desde 1992, cuando lo hizo Ross Perot, en que el candidato de un tercer partido logra acceder a ese escenario.
Alcanzarlo sería clave para Johnson pues le daría una proyección a su candidatura que difícilmente pueda conseguir su campaña, de recursos sumamente limitados, en comparación con las de sus rivales.
Johnson cree que con suficiente exposición y un mensaje positivo podrá atraer tanto a los votantes jóvenes y progresistas que apoyan al senador demócrata Bernie Sanders, como a los votantes republicanos que quieren un gobierno más pequeño y temen que Trump eleve el gasto fiscal e inicie guerra comerciales.
Seguidores de las ideas de la filósofa y novelista estadounidense de origen ruso Ayn Rand, los miembros del Partido Libertario abogan por permitir a los individuos ser lo más libres e independientes que se pueda.
Su lema es: "Mínimo gobierno, máxima libertad".
Consideran que cada individuo tiene el derecho a controlar su propio cuerpo, sus acciones, su discurso y su propiedad; y que el papel del gobierno debe ser ayudarles a defenderse por sí mismos del uso de la fuerza y del fraude.
Son partidarios de una reducción del tamaño del gobierno, acompañada de una reducción severa de los impuestos.
"Dejen a la gente honesta y pacífica decidir por sí mismos qué comer, beber, leer o fumar y cómo vestirse, medicarse o hacer el amor sin temor a ser sancionados penalmente", dicen en una suerte de credo publicado en su página web.
Como muestra de humor y quizá también como una reivindicación de esta defensa de la libertad personal, James Weeks, uno de los candidatos que aspiraba llegar a la dirección del partido durante la convención de Orlando, subió al estrado con traje y corbata y en lugar de dar un discurso hizo un striptease.
Ahora que los descontentos con Trump y Clinton no digan que no tienen otras opciones.
Fuente: BBC