Alejandro Werner, Director del Departamento del Hemisferio Occidental del organismo, consideró que Argentina está peor de lo que la entidad esperaba para el primer año de gestión presidencial de Mauricio Macri al mismo tiempo que especuló que el año que viene estará mejor de lo que estaría si no asumía el gobierno la alianza Cambiemos.
El funcionario de la entidad experta en pifiar pronósticos, sobre todo cuando a países no desarrollados se refiere, presentó el martes las perspectivas del organismo para América Latina y el Caribe. El FMI fue el mentor y máximo sostenedor de la política económica del radical Fernando de la Rúa que llevó al país a la peor crisis económica, social y política de su historia.
Según Werner, "en Argentina la transición a un marco de política macroeconómica más coherente y creíble sigue avanzando, y debería afianzar las perspectivas de crecimiento a mediano plazo", aunque "el impacto adverso en la actividad a corto plazo ha sido mayor de lo previsto".
Según las previsiones del FMI, la economía argentina tendrá una retracción de 1,5% en el año en curso. Para 2017, cuando tengan lugar las elecciones de mitad de mandato del macrismo, el organismo que responde al establishment mundial especula con un crecimiento de 2,8%.
En consideraciones divulgadas por el diario Ámbito Financiero el Fondo Monetario reconoció que el ajuste de los precios relativos en el primer semestre de 2016 -tras la depreciación del tipo de cambio y el alza de las tarifas de los servicios públicos- "ha acelerado la inflación y perjudicado el consumo privado".
En cuanto a las perspectivas, Werner sostuvo que "la actividad económica probablemente empezará a recuperarse hacia finales de 2016, a medida que la inflación se modere gradualmente, que se estimule el gasto y que se reduzcan las tasas de interés".
Especuló el funcionario del FMI que "se prevé que la orientación más acomodaticia de las políticas monetaria y fiscal promueva el crecimiento en 2017", pero advirtió que probablemente "complique el cumplimiento de las metas fiscales y de inflación anunciadas este año".
El gurú del ente internacional también responsable de la crisis griega que puso al país heleno en posición similar a la de Argentina de fines de 2001 consideró que "las perspectivas (para el 2017) en América Latina son todavía inciertas".
Respecto al impacto del brexit británico en Latinoamérica advirtió que "la región está expuesta a una desaceleración más generalizada en el resto del mundo -por la vía de vínculos comerciales y financieros- y a la volatilidad del sentimiento de los inversionistas".