Al menos 80 muertos provocó un atentado contra una manifestación en Afganistán

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El grupo autodenominado Estado Islámico (EI) se adjudicó un ataque con bomba en la capital de Afganistán, Kabul, que dejó al menos 80 muertos y más de dos centenares de heridos.

Las víctimas pertenecen a la minoría étnica hazara, musulmanes chiitas, y participaban en una manifestación en la plaza Deh Mazang cuando ocurrió el ataque.

El Ministerio de Sanidad ha confirmado a la agencia Pajhwok que al menos 61 personas han muerto y más de 200 han sufrido heridas como consecuencia del atentado, que ha tenido lugar en torno a las 14.30 (hora local) en la plaza Demazang.

Protestaban por la nueva línea eléctrica que construyó el gobierno y que no pasa por las provincias en las que muchos de ellos viven.

De acuerdo a la agencia de noticias Amaq, ligada a EI, dos militantes yihadistas "detonaron sus cinturones explosivos".

Según un periodista autónomo que trabaja para la BBC desde Kabul, la calle quedó cubierta de sangre, partes de cuerpos y escombros.

El presidente afgano Ashraf Ghani condenó el ataque.

Y también lo hizo el Talibán, cuyo portavoz Zabiullah Mujaheed envió un correo electrónico a los medios para informar que el grupo no está detrás del mismo.

EI y el Talibán se declararon la guerra mutua en 2015.

Protesta hazara

Este sábado, miles de hazaras se manifestaron en la capital afgana para exigir que la nueva línea de alta tensión entre Turkmenistán y Kabul pase por dos provincias donde hay una gran concentración de población hazara, Wardak y Bamiyán.

"¡Justicia!" o "¡Muerte a la discriminación!" fueron algunas de las consignas coreadas por los hazaras mientras hacían flamear banderas afganas, informó la agencia de noticias Reuters. La manifestación se desarrolló cerca de la Universidad de Kabul, a varios kilómetros de la sede del Gobierno.

Las fuerzas de seguridad clausuraron el centro de Kabul levantando controles y barricadas de palés y varios helicópteros sobrevuelan la ciudad, aunque hasta el momento del atentado no se había producido disturbio alguno.

El Gobierno rechaza la posibilidad de llevar las líneas eléctricas a los hazaras porque -esgrime- costaría millones y retrasaría durante años un proyecto fundamental para abastecer a Kabul.

Además, sostiene que el suministro eléctrico de Wardak y Bamiyán está garantizado y que no hay discriminación contra esta minoría chií que supone un 9 por ciento de la población.

Fuentes: BBC / 20 Minutos

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