La farmacéutica alemana Bayer afirmó que sus negociaciones con Monsanto habían avanzado y que ahora estaba dispuesta a ofrecer más de 58.200 millones de euros (65.000 millones de dólares) para adquirir la mayor compañía de semillas del mundo.
El anuncio de Bayer llega en un momento en el que la brecha en las expectativas del precio de la adquisición entre las dos empresas, que vienen bregando desde hace un par de meses, se ha reducido significativamente, aunque aún falta por acordar cuestiones importantes como las posibles desinversiones para resolver eventuales obstáculos de los reguladores de competencia.
En un comunicado, la empresa alemana dijo que estaba dispuesta a ofrecer 114,1 euros (127,50 dólares) por acción en el marco de un acuerdo negociado, por encima de su oferta anterior de 111,95 euros (125 dólares) por acción.
De llevarse a cabo, esta será la mayor oferta de compra de una compañía alemana y superará a los US38.000 millones que pagó Daimler por Chrysler en 1998.
El lunes el diario alemán Rheinische Post dijo, citando fuentes que no identificó, que una oferta de 116,43 euros (130 dólares) por acción puede bastar para cerrar un acuerdo “de una manera rápida y amistosa”. En un breve comunicado, Monsanto confirma que había participado en negociaciones “constructivas” con Bayer en las cuales recibió la nueva propuesta.
La empresa con sede en San Luis, Estados Unidos, agregó que seguía en estas conversaciones, mientras evalúa la oferta de Bayer, así como las propuestas de otras partes que no nombró. Advirtió de que no había certeza de que se produjera un acuerdo.
La oferta de Bayer ya era la mayor propuesta de adquisición al 100% en efectivo registrada en la historia. Un acuerdo con Monsanto daría a la empresa alemana una oportunidad de convertirse en el líder mundial en la industria de suministros agrícolas, que está viviendo una fase de rápida consolidación.
Aspirinas y muchos otros negocios
Bayer, con sede en Leverkusen, Alemania, y más de 150 años de historia se define como una compañía de "ciencias de la vida". Tiene -de acuerdo a datos de la propia empresa- más de 116.000 empleados en todo el mundo y ventas de más de US$51.000 millones al año.
Las actividades de la empresa van desde la producción e investigación de medicinas hasta semillas, pesticidas, abonos e ingeniería genética.
El 49% del negocio de la compañía alemana procede del sector médico. Del resto, el 26% corresponde a su división especializada en materiales científicos -llamada Covestro- y el 22% a lo que la empresa denomina ciencia de los cultivos.
"La adquisición de Monsanto será una gran oportunidad para crear un líder agrícola global (…). Esta transacción unirá las plataformas de Semillas y Tratamientos, Protección de cultivos, Biología y Agrigultura digital. En concreto, este negocio combinado se beneficiará del liderazgo de Monsanto en semillas y tratamientos y de la línea de productos de protección de cultivos de Bayer (…)", señalaba el comunidado de prensa difundido por la empresa en mayo, cuando se iniciaron las negociaciones.
"Esta combinación será complementaria desde el punto de vista geográfico al expandir la ya importante presencia de Bayer en América así como su posición en Europa, Asia y el Pacífico", agregaba.
Si llega a cerrarse el trato, casi la mitad del volumen de negocio del nuevo conglomerado -que será el mayor suministrador agrícola del mundo- estará relacionado con la agricultura.
La operación se da en un contexto de reorganización del sector. En 2014, Monsanto -con una capitalización de mercado de US$42.000 millones- intentó comprar a su rival suizo Syngenta. Sin embargo, la compañía helvética terminó aceptando una oferta de US$43.000 millones de la multinacional china ChemChina en febrero de 2015.
Tras el fracaso de esa operación, Monsanto despidió a 3.600 trabajadores en una importante restructuración interna.
La compra de Monsanto por Bayer -de producirse- superará a la cantidad que ChemChina pagó por Syngenta.
Un año antes, otro competidor directo de Bayer, la estadounidense Dow Chemical se unió a la también estadounidense Du Pont para formar un conglomerado de U$130.000 millones.
"La razón para una unión en el sector de las semillas y los químicos agrícolas está clara para Monsanto, después de haber intentado tomar la iniciativa varias veces, no es sorprendente que ahora sea el objetivo. El deseo de Bayer de una compra rápida da la impresión de que teme perder el tren", señalaba en mayo el periodista económico Marcel Michelson en la revista Forbes.
Esta operación implica un giro en el foco principal de Bayer.
"Monsanto es la combinación perfecta para nuestro negocio agrícola", aseguró el director ejecutivo de Bayer, Werner Baumann.
Pero este cambio de orientación empresarial puede, según los analistas, tener una reacción contraria entre algunos accionistas que invirtieron en Bayer atraídos por sus actividades en el sector médico y farmacéutico.
Mientras que la división agrícola de Bayer produce semillas y pesticidas, Monsanto es conocido, sobre todo, por sus semillas genéticamente modificadas de maíz, soya, algodón, trigo y caña de maíz.
Una actividad que le ha valido numerosas críticas por parte de ecologistas y agricultores, que critican el efecto de dependencia económica que el uso de semillas transgénicas crea en los agricultores, así como los potenciales riesgos para la salud humana del uso del glifosato, el herbicida del que depende gran parte del éxito comercial de Monsanto.
Fuentes: BBC Mundo / La Vanguardia