El presidente Mauricio Macri llamó formalmente a una Mesa del Trabajo y la Producción a través de un decreto que se publica en el Boletín Oficial. Tras el principio de acuerdo al que arribó el gobierno con la cúpula cegetista el miércoles, Macri decretó el llamado a los gremialistas y los empresarios.
La mesa de diálogo social era un reclamo del massismo desde la primera hora de Macri en la Casa Rosada. Diez meses más tarde, el sindicalismo massista -al mando de la CGT unificada- enfrió el paro que piden sectores gremiales a cambio de la convocatoria a la mesa social. Para sellar la "comprensión" massista Macri autorizó
Según el decreto 1092, el objetivo de la mesa tripartita es la de "crear un espacio donde se discutan los lineamientos generales orientados a la creación de empleo, la protección del valor adquisitivo del salario y el crecimiento de la producción".
Macri había anticipado su decisión en un discurso pronunciado en el Coloquio de Idea, la convocatoria más importante del año del lobby empresarial del país. La Iglesia también ofició de intermediario entre los gremios y la Casa Rosada.
Se estima que la primera reunión de la mesa se concrete la semana próxima, aunque el decreto pone un plazo de 30 días.
"Espero que esto genere muchas mesas de diálogo más", dijo el Presidente en Mar del Plata. "Hay espacio para dialogar sector por sector y esperamos que muchas mesas se desprendan de estas mesas. Este desafío nos tiene que convocar a todos", reclamó Macri en la única exhortación que les hizo a los empresarios para que inicien un diálogo con los gremios.
A la Mesa del Trabajo y la Producción asistirá la CGT unificada y la Unión Industrial, la Sociedad Rural, las cámaras de Comercio y de la Construcción, la Bolsa de Comercio y la Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino.
Por parte del Gobierno estarán el jefe de Gabinete, Marcos Peña ; el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, y su par de Producción, Francisco Cabrera. Los funcionarios tienen como misión circunscribir la discusión a un bono de fin año con la consigna infranqueable de impedir un debate por la reapertura de paritarias.
Fuente: La Nación