El precio sostén del gobierno argentino para el gas subsidiado de Vaca Muerta es tres dólares y medio más caro que el que pagan los importadores chilenos por el gas argentino. Argentina paga más que Chile por su propio gas.
Acaba de reabrirse la exportación de gas en el país con contratos de venta a Chile a 4,08 dólares por millón de BTU. Las petroleras subsidiadas de Vaca Muerta cobran el gas que inyectan a la red nacional a 7,50 dólares por millón de BTU, el valor del mercado más un subsidio del gobierno para completar la suma.
Los capitanes de esas productoras pueden elegir exportar a 4,08 dólares por millón de BTU o servir al consumo local a 7,50 dólares. Igual, el operativo de exportación a Chile es un gran negocio para las subsidiadas de Vaca Muerta porque seca la plaza local y permite inyectar en la red los mismos volúmenes subsidiados que en épocas de demanda a full.
Los subsidios contemplados en la resolución 46 del Ministerio de Energía (desaparecido por el ajuste) están siendo reestructurados. Se supone, en función de las pistas develadas por el gobierno y la industria, que habrá quitas a los montos originales consignados en el plan que delineó Juan José Aranguren antes de ser echado de la cartera por el presidente Mauricio Macri.
La industria explica que no deben compararse los precios subsidiados con los de exportación porque ambos responden a políticas con objetivos diferentes. El gas de Vaca Muerta se subsidió para estimular las inversiones. Mientras que las exportaciones a Chile se reabrieron para ubicar el gas excedente en épocas de bajo consumo nacional. Lo concreto es que el excedente que se exporta no existiría sin los subsidios. Dicho de otro modo, los argentinos le financiaron las inversiones a las petroleras para que vuelvan a exportar.
Actualmente, Argentina produce más gas del que consume en verano, pero aún no supera la marca del consumo en invierno, cuando los hogares empujan la demanda al tope. El gobierno considera que con las inversiones realizadas se llegará a autoabastecimiento en un año, por eso ya habla de contratos de exportación para todo el año, no sólo durante la merma del consumo doméstico.
Hubo inversiones realizadas en Vaca Muerta con la expectativa de obtener el precio subsidiado para la producción resultante. Si la tijera alcanza al esquema de subsidios fijado dentro del denominado Acuerdo de productividad para Vaca Muerta, se afectará la renta calculada para esas inversiones. Las petroleras están que trinan con los vaivenes del gobierno, aún cuando admiten que es complejo el cumplimiento del esquema Aranguren con las condiciones financieras y políticas actuales.
Por ejemplo, Tecpetrol, del gigante Techint, invirtió a razón de 100 millones de dólares mensuales en 14 meses para llegar a un volumen de producción en Fortín de Piedra de unos 11 millones de metros cúbicos de gas por día en promedio. En dos años, según la resolución de Aranguren, el gobierno le debería pagar unos mil millones de dólares en subsidios a la compañía del magnate Paolo Rocca. Ahora están en dudas los desembolsos comprometidos. Cuanto menos, el empresario que es socio político de la primera hora del presidente Mauricio Macri, va a ganar menos plata de la que había previsto en sus planes. No es el único en la industria del gas. Seis proyectos están cobrando la resolución 46. Más de 10 quedaron a la espera de una aprobación que no va a llegar. Todos están recalculando.
