La crisis le pasó la factura al mercado laboral formal: se perdieron en el país más de cien mil empleos registrados en los primeros ochos meses de este año, al mismo tiempo que se depreciaron las expectativas de los empresarios sobre la creación de nuevos puestos de trabajo como nunca en los últimos nueve años, como se corrobora en los datos del último reporte sobre el universo laboral de la Secretaría de Trabajo de la Nación, que fue difundido este miércoles.
En agosto los trabajadores registrados eran 12.201.000, con 6.245.200 ocupados en el sector privado, en el que se destruyeron más de 20 mil puestos de laborales desde que asumió Mauricio Macri la Presidencia, en diciembre de 2015.
La destrucción de empleos registrados se aceleró entre abril y julio. Al final de ese periodo, surgió un elemento esperanzador: la encuesta realizada entre una muestra amplia y representativa del sector empresario mostró un crecimiento de las expectativas de incorporar personal.
Sin embargo, en agosto no se produjo una recuperación cierta de los puestos destruidos en los meses previos, a la vez que se descompuso el clima a favor de la creación de puestos de trabajo. La retracción de las expectativas empresarias de ampliar sus planteles se profundizó en septiembre, según el sondeo de la Secretaría que comanda Jorge Triaca, con una caída de 0,4 puntos porcentuales. El empresariado no manifestaba una perspectiva tan oscura para el mercado laboral desde julio de 2009, en la antesala de la derrota de Cristina Fernández en las elecciones legislativas en la mitad de su primer mandato.
Junto a la contracción del mercado laboral, en el sector privado se produjo una caída promedio de los salarios del 6,1 por ciento interanual en agosto. El desplome llega la 8 por ciento si se toma como referencia el sueldo promedio de la mitad de los trabajadores registrados que menos ganan.