En 2017, el crecimiento mundial de los salarios cayó a su nivel más bajo desde 2008, muy por debajo de los niveles anteriores a la crisis financiera mundial, según el último informe de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
En el informe se insiste en que sigue "inaceptablemente alta" la brecha salarial entre géneros, es decir entre varones y mujeres que realizan la misma tarea. Las estimaciones realizadas por la Organización Internacional del Trabajo (OIT) posicionan a la Argentina como el noveno país de ingresos altos más desigual del mundo. "Las mujeres cobran un 20% menos que los hombres en todo el mundo", señaló el titular del organismo, Guy Ryder, quien agregó que la maternidad está penalizada en los salarios.
El Informe Mundial sobre Salarios 2018/2019 constata que en términos reales (ajustados a la inflación) el crecimiento mundial del salario se desaceleró, pasó de 2,4 por ciento en 2016 a 1,8 por ciento en 2017. Las conclusiones se basan en datos de 136 países.
Al analizar el crecimiento del salario, el informe observa que en los países avanzados del G20 el crecimiento real del salario disminuyó, de 0,9 por ciento en 2016 a 0,4 por ciento en 2017. Por el contrario, en los países emergentes y en desarrollo del G20, el crecimiento de los salarios reales fluctuó entre 4,9 por ciento en 2016 a 4,3 por ciento en 2017.
La brecha salarial es "inaceptablemente alta"
El informe calcula las disparidades de remuneración por razón de género de manera innovadora y más precisa, utiliza datos que abarcan unos 70 países y cerca de 80 por ciento de los asalariados del mundo. Constata que, a escala mundial, las mujeres siguen percibiendo un salario aproximadamente 20 por ciento inferior al de los hombres.
“Las disparidades de remuneración por razón de género constituyen una de las mayores manifestaciones de injusticia social de la actualidad, y todos los países deberían esforzarse por comprender mejor qué se esconde detrás de esto y avanzar más rápidamente hacia la igualdad de género”, agregó Guy Ryder.
El informe constata que en los países de altos ingresos, la diferencia de retribución entre ambos sexos es más elevada en el extremo superior de la escala salarial, mientras que en los países de ingresos bajos y medios, es mayor entre los trabajadores peor remunerados.
La educación no determina, la maternidad sí
Al utilizar datos empíricos, el informe muestra también que las explicaciones tradicionales, como las diferencias en los niveles de educación entre mujeres y hombres que tienen un empleo asalariado, desempeñan un papel limitado para explicar las disparidades de remuneración por razón de género.
“En numerosos países, las mujeres tienen un nivel de educación más alto que el de los hombres pero perciben salarios inferiores, aun cuando trabajen en las mismas categorías profesionales”, señaló Rosalia Vázquez-Álvarez, especialista en econometría y salarios de la OIT y una de las autoras del informe. “Los salarios de las mujeres y de los hombres también tienden a ser inferiores en las empresas y las profesiones con una fuerza de trabajo predominantemente femenina. Por lo tanto, a fin de reducir las disparidades de retribución por razón de género es necesario hacer más para garantizar la igualdad de remuneración entre hombres y mujeres, y para rectificar la infravaloración del trabajo de las mujeres”.
Otro factor que tiene un peso en las disparidades de remuneración por razón de género es la maternidad. El informe muestra que las mujeres con hijos generalmente perciben salarios inferiores a los de las mujeres que no tienen hijos. Esto puede estar relacionado con múltiples factores, como las interrupciones en la carrera profesional, la reducción del horario de trabajo, trabajos que permiten conciliar la vida profesional y la familiar con salarios más bajos o decisiones estereotipadas sobre los ascensos a nivel empresa.
Según el informe, una distribución más equitativa de las responsabilidades familiares entre hombres y mujeres en muchos casos permitiría que las mujeres tomasen decisiones profesionales diferentes.
La evidencia muestra que aún antes de la maternidad las mujeres enfrentan una desigualdad de remuneración. Esto indica que es necesario combatir los estereotipos y la discriminación desde su ingreso al mercado de trabajo.
El documento presentado por la OIT ofrece además una estimación para la denominada “brecha por maternidad”. En Argentina la penalidad salarial asociada a convertirse en madre es del 10,5 por ciento. O sea, las mujeres que tienen hijos ganan en promedio un 10 por ciento menos que aquellas que no lo son. En cambio, entre los varones no existe esa diferencia, sus ingresos se mantienen inalterados sean padres o no. La brecha argentina es superada por países como Turquía, Rusia, Corea del Sur y Perú donde las madres cobran entre 12,6 y 26,6 por ciento menos que aquellas mujeres que no tienen hijos.
Negociación colectiva para achicar brechas
La negociación colectiva puede ser un mecanismo eficaz para cerrar la brecha de género, indica el informe particularmente en las partes bajas y medias de la distribución salarial. También puede ayudar a reducir las disparidades salariales tanto dentro como a través de sectores y empresas. Esto es en parte porque los países con una mayor cobertura de negociación colectiva tiende a tener menos desigualdad salarial en general, y también porque los convenios colectivos pueden dirigirse a reducir las brechas salariales de género, especialmente cuando así lo exige la ley, como es el caso en Francia.
Los acuerdos pueden centrarse en la conciliación de las necesidades laborales y familiares; mayor transparencia de diferenciales de pago de la empresa; aumento salarial por trabajo dominado por mujeres, derecho de reingreso después de la baja por maternidad; y evaluaciones de trabajo neutrales al género y evitar sesgos de género en la clasificación de puestos y sistemas de pago, indica el reporte
Sin embargo, diferentes sistemas de relaciones laborales tienen impactos diferenciados en la brecha salarial de género. El nivel de negociación colectiva también puede afectar la brecha salarial de género: algunos estudios muestran que cuanto más centralizado es el nivel de negociación colectiva, más pequeños son los tamaños de la brecha salarial de género (Sissoko, 2011). Por lo tanto, se ha sugerido que, en países donde la negociación a nivel de empresa es la norma, los interlocutores sociales podrían adoptar directrices comunes para una negociación colectiva sensible al género para orientar las negociaciones.
Resumen ejecutivo del informe de la OIT: