La gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal contempló gravar con dos por ciento de Ingresos Brutos a las exportaciones petroleras para sostener su gestión el año que viene. No reparó en las promesas del gobierno nacional en pos de conseguir capitales para Vaca Muerta ni en los discursos contra los impuestos del presidente Mauricio Macri.
Vidal apeló a la reinstauración de un tributo que estaba congelado desde 2011. Se trata del dos por ciento de la facturación por exportaciones de hidrocarburos y derivados. En plena crisis y con la campaña por la reelección por delante, la gobernadora echó mano a una de las actividades con más potencial.
La modificación del Código Fiscal está agendada para este lunes en la agenda oficial de la Legislatura de la provincia de Buenos Aires. La resistencia de la industria petrolera es obvia.
El portal especializado en tema energéticos, EconoJournal, reflejó que "entre las empresas petroleras existe preocupación por conocer el alcance real del proyecto. Se estima que podría gravar la exportación de petróleo, gas, combustibles y derivados petroquímicos".
Y a renglón seguido describió a grandes rasgos el potencial de llegada del impuesto: "En la provincia de Buenos Aires existen varias refinerías que exportan productos al exterior como la de Raízen (ex Shell) en Dock Sud, la de Axion Energy en Campana y la de YPF en Ensenada. También opera en el distrito el Polo Petroquímico de Bahía Blanca, que exporta buena parte de su producción de plásticos, fertilizantes y poliolefinas a la región".
En la misma ciudad YPF prevé instalar una barcaza de licuefacción de gas natural licuado (LNG). El proyecto se anunció formalmente esta esta semana en conjunto con la empresa belga Exmar y demandará una inversión de 200 millones de dólares.