El gobernador Daniel Scioli y la presidenta Cristina Fernández saben que ahí se definirán las chances para 2015. El bonaerense juega al desgaste K a manos de Francisco De Narváez. La Casa Rosada lo quiere de candidato testimonial.
Como ante cada elección, la contienda en la provincia de Buenos Aires ya es la madre de todas las batallas de cara a las legislativas de este año, un aperitivo nada más del objetivo final: las presidenciales de 2015. Es clave el rol del gobernador Daniel Scioli y la decisión que tome la Casa Rosada en el distrito electoral que concentra más del 35% del electorado nacional.
Según el diario Perfil, Scioli está alentando a sus aliados a jugar fuerte a favor de la candidatura a diputado nacional de Francisco De Narváez, quien irá por la renovación del mandato que consiguió al derrotar a Néstor Kirchner en 2009. Mientras, la presidenta Cristina Fernández estaría evaluando la posibilidad de exigir candidaturas testimoniales a los gobernadores, como se hizo en aquella oportunidad con el objetivo de que Scioli encabece la lista del Frente para la Victoria bonaerense.
Ambas jugadas son arriesgadas. Para el gobernador de Buenos Aires, una derrota del FPV en su provincia a manos de De Narváez sería la llave que le abriría la puerta a la candidatura presidencial sin oposición del kirchnerismo. Precisamente para evitar eso es que la Presidenta le exigiría al mandatario bonaerense ir de cabeza de lista del oficialismo, de modo que sería responsable de una eventual derrota.
"Si a Scioli le piden que sea candidato y él no acepta la propuesta, se formalizará una ruptura que ya se palpa en los hechos", planteó Perfil. Y remató: "El problema que se compra el kirchnerismo es que perderá a una figura que mide muy bien en las encuestas y a la que ha recurrido cada vez que necesitó ganar elecciones. Scioli fue, con el kirchnerismo, vicepresidente y dos veces gobernador".
Por otra parte dio cuenta de una intensa batería de acciones del gobernador bonaerense para armar el peronismo opositor detrás de la figura de De Narváez. Remarcó que ya les pidió a Felipe Solá y a Eduardo Duhalde, a quienes identificó como sus aliados, que se pongan a trabajar con el candidato opositor.
José Scioli, hermano del mandatario bonaerense, fue uno de los operadores que ayudaron a De Narváez a construir la lista y el caudal electoral que le dio el triunfo sobre Kirchner en 2009. Luego, Pepe Scioli volvió a operar para Daniel.