El mendocino que dice ver y escuchar a la Rosa Mística hizo pie en San Juan y hasta llegó al despacho de Gioja

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Manuel Yanzón en su casa/capilla de El Algarrobal, Las Heras. Foto: Tiempo de San Juan.

 

Como dice Mirtha Legrand, el público se renueva. Y si no se renueva hay que renovarlo. Manuel Yanzón, el mendocino que ganó tapas de diarios y horas de noticieros en vivo cuando dijo que en su humilde morada de Las Heras veía a la Virgen y que ésta le dictaba mensajes para trasmitir, cayó en desgracia cuando el Arzobispado de Mendoza le bajó el pulgar desautorizando sus visiones, pero el hombre no desiste: ahora busca fieles en San Juan, donde viaja tres veces por mes y pasa fines de semana en una finca de Albardón.

Según lo informa el diario Tiempo de San Juan, Yanzón mantiene un contacto fluído con esa provincia y hasta llegó al despacho del mismísimo José Luis Gioja en Casa de Gobierno.

Durante 2004 y 2005, los 27 de cada mes, el predio del El Algarrobal donde está la casa de Yanzón desbordaba de fieles e incrédulos quequerían comprobar con sus propios ojos el fenómeno de la Rosa Mística. Que el Sol se ponía rosado, que la cruz escarchillaba (escuchado esto apenas después de que la cruz había sido barnizada), que la Virgen lloraba y que curaba como por arte de magia  graves enfermedades eran los supuestos milagros que el boca a boca multiplicaba más que los panes y los peces después de la muerte de Juan el Bautista que relatan los Evangelios.

Yanzón le empezó a hacer sombra, en cuanto a convocatoria, a los curas de las parroquias cercanas de la zona. Y poco después el Arzobispado se expidió, después de un supuesto estudio abordado por el propio jefe de la iglesia en ese entonces, José María Arancibia: Lo de yanzón era trucho.

“Orientaciones pastorales del Arzobispo de Mendoza para el acompañamiento de los fieles devotos de María Rosa Mística”, fue el título que le pudieron al análisis repartido a los mismos periodistas que buscaban cada mes la nota en el Algarrobal.  En vez de "es trucho", que hubiera quedado feo en boca del piadoso sacerdote, señalaron: “Un examen atento del contenido de los mensajes me permite afirmar que éstos no pueden ser considerados como una auténtica revelación privada, fruto de una intervención especial de Dios”.

De la romería en que solía transformarse esa zona con vendedores de virgencitas, cadenitas, collarcitos, botellitas, llaveritos, helados y panchos de la Rosa Mística, quedaron sólo un puñado de gazebos que aún subsisten con su oferta e intentan ganarse el día con los fieles que aún creen en Yanzón. Entre ellos, los sanjuaninos.

"Cada mes son más los sanjuaninos que llegan a tierras mendocinas para presenciar un momento único en su vida espiritual. Desde autos particulares, hasta colectivos con contingentes religiosos forman parte de una caravana que termina en el domicilio de Yanzón", retrata el diario citado.

La relación es correspondida, según el testimonio reflejado por Tiempo de San Juan, quien lo señala como "un habitué visitante de San Juan. Cansado por el agobio que significa recibir, en forma constante, personas en busca de apoyo espiritual, el residente de Las Heras suele pasar fines de semana en una finca de Albardón. Allí, no abandona sus costumbres y, con la tranquilidad del lugar, se dedica a la meditación y a la oración. Así lo contó él mismo en una entrevista mano a mano".

 

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