Este jueves se conocerá la sentencia en el juicio contra Diego Guzmán Salazar, el policía de Infantería que disparó la pistola lanzagases y mató a Lucas Carrazco (22) en un oiperativo de represión por un frustrado partido de la Lepra en el estadio Gargantini.
Durante los alegatos, el Ministerio Público Fiscal, representado por Dario Tagua, y la Querella integrada por Lucas Lecour y Sergio Salinas pidieron 18 años de prisión para Guzmán por homicidio simple agravado por el uso de arma de fuego y por ser en un espectáculo deportivo. El delito así tipificado tiene penas de 13 a 42 años de prisión.
Los alegatos -basados en testimonios y pericias- apuntaron al grado de responsabilidad de Guzmán, quien a sabiendas usó gases lacrimógenos tipo candela disparándolos de manera direccionada y directa a los hinchas que huían desde la cancha hacia Boulogne Sur Mer. Es decir: no fue una muerte accidental.
“No puede alegar Guzmán que no podía prever el daño que iba a producir un cartucho disparado hacia un grupo de personas en forma directa”, indicó Tagua. Un cartucho como el que mató a Lucas “se puede disparar direccionando el cartucho hacia un lugar. Permite apuntar en forma aproximada dependiendo de la experticia del tirador. Es decir no es que a Guzmán se le disparó accidentalmente el cartucho”, agregó el fiscal.
Otro caso de abuso policial
El de Lucas Carrazco es uno de los que engrosa la lista de casos de gatillo fácil y otros abusos policiales a mano de la Policía de Mendoza.
El juicio y cada instancia de pedidos de justicia ha sido acompañado por otros familiares de víctimas de gatillo fácil, quienes constantemente alertan por el accionar abusivo de las fuerzas en Mendoza, que trasciende gobiernos de todo signo político.
“Los casos de gatillo fácil no son aislados, en Mendoza muchas familias sufrimos”