Retrato de otra vida

En el Día del Periodista, un cuento de Rolando López basado en un caso real del oficio

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Tiempo estimado de lectura: 7 minutos

Ilustración de Mathieu Laca, artista canadiense que crea inquietantes pinturas experimentales de retratos distorsionado.

Por Rolando López
Especial para Explícito

La fallida publicación on-line Todostusmuertos.com fue una iniciativa de madre e hija dedicadas al negocio mortuorio, empezaron con la confección de forros para tapa de ataúdes (básicamente de equipos de fútbol e imágenes religiosas) y después con los velorios temáticos. Como les iba bien idearon la revista on-line que tuvo su aparición en Mendoza en 2016 cuando comenzaron a pedir crónicas sobre muertes que salieran de lo común.

Un cronista avezado creyó tener la historia que increíblemente muchos medios habían dejado pasar: la horrible muerte de una Virreina de la Vendimia que vivía en la indigencia y que había fallecido comida por sus propios perros. El periodista se puso a investigar a partir de un dato que le había pasado la policía: "Esa mujer que murió -le dijo una fuente confiable de la Oficina de Prensa policial- fue virreina de la Vendimia, pero nadie lo sabe".

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El martes pasado, los medios de Mendoza daban una noticia con tres datos básicos: “Murió una mujer de ochenta años comida por sus perros”. De los tres datos uno era falso, otro desvalorizado y el restante cierto. Ya que la mujer tenía en realidad ochenta y un años y no era una señora cualquiera: había sido Virreina de la Vendimia en 1952. La información cierta era que sus perros habían comido parte de su cuerpo cuando falleció en su humilde casa de Julio A. Roca de Buena Nueva, frente al cementerio de Guaymallén. Se llamaba Angélica Muñoz.

Los últimos veinticinco años de su vida Angélica los vivió como una indigente. En una casa pobre y dentro de su misma propiedad moraba su sobrino, quien la encontró muerta después de dos días sin saber nada de su tía. Es curioso que varios de sus vecinos de mucho tiempo no supieran o no estuvieran al tanto de que la señora, sesenta y un años atrás, había formado parte del concurso de belleza más popular por las mujeres de Mendoza. O a Angélica le daba vergüenza reconocer que alguna vez una corona vendimial se había posado sobre su cabeza; o ya de grande presentía que nadie la iba a vincular con estirpe de soberana. Su deterioro físico (trabajaba todo el día en calidad de cuidadora de autos del cementerio de Guaymallén), la alejaba de la idea de belleza que se tiene de las reinas.

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El cronista recogió testimonios de vecinos y de familiares directos quienes corroboraron que esa Angélica había sido Virreina de la Vendimia de Guaymallén en aquel año. En su afán de buscar más fuentes, llegó hasta la Municipalidad y se comunicó con la secretaría de Prensa del municipio donde tuvo lugar la siguiente conversación telefónica.

-Soy periodista, y estoy tratando de corroborar algunos datos que tengo.

- Dígame - contestó una chica de Prensa.

- Quisiera saber si la señora Angélica Muñoz, quien murió hace unos días en la calle Roca de Guaymallén, es la misma que fue Virreina de la Vendimia en 1952; tengo sus datos como fecha de nacimiento y DNI, te los paso...

- Bien, dejame que lo chequee y te llamo.

Ese jueves, antes de la una de la tarde, desde Prensa de Guaymallén la chica llamó al periodista.

- Hola, sí, es ella, coinciden los datos que nos diste. Es más, una de sus sobrinas estuvo en la municipalidad y también nos los confirmó.

- ¿Tienen fotos de ella?

- ¿Podés creer que en el municipio no tenemos fotos de ella? Pero hay un historiador que hace poco escribió un libro sobre el departamento; se llama Eduardo Kueter, él te podría dar más información. Acá te dejo sus teléfonos.

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Los lugareños de esa zona de Buena Nueva (donde todos se conocen ya que viven allí desde hace muchísimo tiempo; una cuadra plagada de casas bajas, puestos de floristas y pequeños comercios), la recuerdan con mezcla de cariño y compasión. “A la Angélica hace años que la conozco –dice la florista María Ester González- y si bien alguna vez escuché esa historia de que fue Virreina, nunca nos quedó claro. Era una mujer conocida por acá. Vivía en esa casa desde que era chica. Siempre llevaba allí perros que encontraba en la calle. Dicen que llegó a tener veinte perros viviendo con ella; y fíjese cómo le pagaron esos animales...”.

Otros vecinos que hicieron las veces de historiadores improvisados para el artículo indicaron que Angélica llegó a la casa de calle Roca con sus padres, que habían vendido una propiedad en calle Tirasso para comprar el predio donde hasta hace poco vivió la ex Virreina. Allí construyeron dos casas de adobe, que para la década del cincuenta deben haber estado bien. Hoy las dos viviendas se ven penosas: los adobes a la vista, el piso es de tierra y los techos están cubiertos con nylon negro. Sobran los perros.

“Se casó en 1958 con un empleado de Vialidad y vivieron en la primera casa de adobe que había en el terreno. No le fue bien con el matrimonio; se separó y nunca fue madre. En 1970, su esposo, que padecía una demencia, murió atropellado por un auto en la zona de El Challao”, contó un vecino que vive desde 1952 en la casa contigua a la de Angélica.

Quien sabía de la condición de ex soberana de Angélica era su sobrina, una mujer empleada de la Municipalidad de Guaymallén. Bastante molesta, dijo que “por más que el municipio la quiso ayudar para que dejara esta casa, ella nunca quiso irse; quería estar con sus perros, y si se iba de acá sabía que los perdía”. Ella estaba a cargo de recibir las pensiones de su tía Virreina. “Acá llegaban todos los años cartas de invitación de agrupaciones de ex Reinas o Virreinas y del municipio para invitarla a eventos, pero ella nunca fue: estaba hecha un cachivache como para llevarla”, cuenta la mujer. Algo de razón tiene : Angélica lucía mucho más anciana de lo que era; caminaba lento y con dificultad, ayudada por un bastón baqueteado; su columna vertebral ya era una “C” perfecta y los más de sus dientes habían abandonado su otrora sonrisa vendimial, según explican quienes la vieron hasta no hace demasiado cuidar coches de gente que iba al cementerio.

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Los datos comenzaban a cerrar. El sábado por la mañana el periodista se comunicó con el historiador Kueter, autor del libro "Guaymallén, punto de encuentro y proyección". Y esta fue la conversación.

- Hola señor Kueter, soy periodista y estoy haciendo la nota sobre el final de la Virreina de la Vendimia de Guaymallén, Angélica Muñoz; ¿está al tanto de lo que le pasó?

- Sí, me enteré hace poco; la verdad es que no sabía en el estado en que vivía.

- ¿Tiene fotos de ella?

- No, no sé por qué, pero en el municipio no tienen fotos de ella.

Con tres fuentes (testimonios de vecinos y familiares, la confirmación oficial desde la Municipalidad de Guaymallén de que se trataba de ella y el dato del historiador Kueter), fue que el periodista mandó la nota al portal “Todostusmuertos.com”.

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La condición de extrema pobreza en la que vivía Angélica fue reflejada por los policías de la seccional Novena, cuando fueron al lugar a raíz de la denuncia por la aparición del cadáver. Los efectivos escribieron en su informe, textual: “Lugar del hecho: Julio A. Roca, Gllén (sic). Breve reseña: se encontraba la moradora fallecida. Se constata que se trata de una femenina tirada en el piso, indigente. Por manifestaciones de vecinos se llamaría Angélica Muñoz, la cual se encontraba sin signos vitales y con parte de la cara comida por los canes que convivían con ella. Interviene Oficina Fiscal 9 de Cría. 9º. PD: A esta altura se constata que la mujer vivía en la vivienda junto a 5 canes; además la casa tiene una cadena y candado por dentro, como así no existen indicios de violencia física y el lugar se encuentra intacto. Un sobrino de ésta es quien la observa a través de la ventana tendida en el piso; al parecer la causa de la muerte sería como consecuencia de un paro cardiorrespiratorio”.

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En la Oficina Fiscal Novena tampoco creyeron mucho en el pasado soberano de Muñoz; una de las ayudantes de fiscal que estuvo presente en la casa donde apareció muerta la supuesta Virreina, dijo ese mismo día: “No creo que haya sido Virreina esa mujer. Vivía en un estado de indigencia total. Además, las ex Reinas o Virreinas siempre tienen cuadros o elementos que hacen referencia a eso; en la casa de la víctima no había nada”, dijo la chica que no sabía que hace tres navidades, parte de la morada de Angélica se había incendiado y el fuego se llevó todos los recortes y diplomas que, dicen, ella atesoraba.

Una de las vecinas más jóvenes de esa cuadra de Julio A. Roca lleva más de diez años viviendo allí. Y conocía a Angélica. “Hace poco la vi sentada con sus perros mientras cuidaba autos y nos pusimos a charlar”. ‘¿Sabe m’hijita que yo fui Virreina de la Vendimia?’, me dijo mientras estiraba la palma de su mano temblorosa para recibir las monedas que le daban los automovilistas. ‘Claro, claro, Angélica’, le contesté. Después me fui y esa noche le dije a mi marido: ‘Sabés que creo que la Angélica no está bien de la cabeza, me dijo que había sido Virreina de la Vendimia’”.

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Con todo corroborado y escrito, el cronista esperó a que su primicia viera la luz en el portal Todostusmuertos.com un lunes por la mañana, cuando las noticias de este tipo pueden alcanzar la mayor cantidad de lectores. Y eso sucedió. Bajo el título, obvio y esperable, “La historia de la ex virreina de la Vendimia que terminó comida por sus perros”, el artículo resultó un éxito. A los diez minutos de colgada, la nota llevaba más de diez mil visitas e iba en aumento. Pero en el minuto once una mujer llamó por teléfono a una de las encargadas de Todostusmuertos.com.
“Soy la hermana de Angélica Muñoz, la ex virreina de la Vendimia”, dijo de manera tajante y seria. “Mi hermana falleció hace nueve años. No vivía en Villa Nueva, sino en el Centro, era dueña de una casa de modas y además odiaba a los perros. Se han equivocado de persona, debe ser un homónimo, pero de ninguna manera pueden publicar una atrocidad semejante”, resoplaba por el teléfono.

La nota fue dada de baja de inmediato, el periodista fue despedido y la página Todostusmuertos.com cerró para siempre.

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