Blas fustigó a los gremios

"Los arreglos políticos y las jugosas cuotas solidarias determinaron la firma de una nueva paritaria a la baja en Mendoza"

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Una bandera de los trabajadores de la salud precarizados por el gobierno de Suarez. Foto: SITEA

"Los arreglos políticos y las jugosas cuotas solidarias determinaron la firma de una nueva paritaria a la baja", acusó Raquel Blas, de SITEA, gremio excluído de las negociaciones por Rodolfo Suarez, tras la firma de acuerdos del SUTE y ATE con los miembros paritarios del Ejecutivo.

AMPROS, el gremio de los profesionales de la salud, fue el primero en dar el visto bueno a la oferta oficial. Este gremio fue parte de la huelga de dos días en julio, pero ya para el segundo paro de tres días de agosto había firmado el arreglo tras someterlo a plebiscito, aunque no sin disidencias internas. 

ATE y el SUTE resistieron un poco más. El gremio conducido por Roberto Macho hizo piquetes y asambleas en las calles, mientras que el SUTE, después de la huelga de tres días de agosto y de un paro votado en plenario, desactivó nuevas medidas de fuerza. El gremio de maestros y celadores aceptó la propuesta el viernes pasado, y ATE firmó la aceptación de la oferta este martes.

Raquel Blas (PO), otrora aliada de Macho pero ahora enfrentada con el líder de ATE, y opositora políticamente a la conducción del SUTE, fustigó los acuerdos alcanzados con el Gobierno.

"Crónica de una entrega anunciada", tituló un posteo en redes sociales, en el que recordó la lucha en las calles de los trabajadores autoconvocados -que arrancó a fines de 2019-, a la que luego se sumaron sectores como los residentes y los anestesistas.

"Sumado a la escalada inflacionaria, los sindicatos exigieron reapertura de paritarias. El gobierno tuvo que convocarlas. Y aquí empezaron las agachadas. Desde un SUTE que no quería escribir en las actas salario inicial igual a la canasta familiar hasta un ate que reclamaba una suma fija en negro como aumento de emergencia", señaló la gremialista.

Blas remarcó que los gremios deberían haberse negado a firmar un acuerdo que no equiparara el salario a la canasta básica.

"Finalmente los arreglos políticos y las jugosas cuotas solidarias determinaron la firma de una nueva paritaria a la baja. En Mendoza, la gran mayoría de los sueldos quedaron debajo de la canasta familiar. Otra vez los aprietes de las conducciones sindicales, las simulaciones truchas, los descuentos. Otra vez contratados y prestadores quedan a merced del gobierno para cobrar el miserable aumento. Otra vez gana la precarización y la sobrecarga laboral", cerró.

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