Fuera de todo el oropel y la fanfarria de los desfiles vendimiales aparecieron los carteles que nadie en el palco quería ver: el de los obreros vitivinícolas que sobreviven con salarios de pobreza mientras los bodegueros chocan sus copas en los brindis de la fiesta más representativa de Mendoza.
"Hoy los vitivinínicolas estamos cobrando 70 mil pesos por mes. qué familia puede vivir con eso. En Mendoza se jactan del vino y el turismo y es todo mentira. En Mendoza se nos dice que somos los que hacemos la cosecha, y nos están pagando miseria", vociferaba en un megáfono uno de los trabajadores que iba al frente de la protesta.
Los trabajadores del sector vitivinícola están entre los peores pagos de Mendoza. Ricardo Fernández, trabajador de la viña y delegado de la Bodega Viejo y Soeva Maipú, apuntó en una entrevista con La Mosquitera días atrás que "hacen un márketing de la vendimia que existe para unos pocos, y para muchos no. Detrás del vino hay seres humanos que no la estamos pasando bien".
Precisó que cobran "menos que una jubilación. Un operario común inicial es de 70.000 en bodega, con un refrigerio de 19.000 pesos. Desde que nos empezamos a movilizar las paritarias subieron un poquito más". A eso se le suman los descuentos correspondientes, con lo cual de bolsillo les quedan 73.000 para el empleado de bodega y 70.000 para el de finca. "Una persona con 30 años puede llegar a 100.000 pesos".
Precisamente, los empresarios del vino y el turismo que hacen babear a la crema de la dirigencia política mendocina basan su renta en la explotación de sus trabajadores por menos de lo que pagan sus pares del resto de los sectores de la economía provincial. Las escuelas y universidades privadas también lucran con la sobreexplotación de sus trabajadores.
Los empresarios del vino y del turismo pagan los peores salarios privados de Mendoza