El Premio Nobel de Economía Joseph Stiglitz afirmó que las consecuencias de la concentración son peores en la prensa que en otros sectores, ya que afectan “el mercado de las ideas, que es fundamental para la democracia”.
El economista formuló estas declaraciones durante una conferencia sobre la libertad de prensa en la Facultad de Periodismo de la Universidad de Columbia, en Nueva York.
Según consigna la edición dominical del matutino Página 12, Stiglitz subrayó que los criterios antimonopólicos deben ser más estrictos en el área de medios, igual que en el área financiera, y mencionó el mal ejemplo de Italia, donde la concentración televisiva llegó a poner en duda su carácter democrático.
“Para que la prensa cumpla con su rol, debe haber regulaciones competitivas muy fuertes”, señaló.
El economista y profesor estadounidense afirmó que Estados Unidos es la más desigual de las sociedades desarrolladas y que dicha desigualdad económica es tan grande “que no es extraño que se traduzca también en desigualdad política, lo cual además se refuerza si los medios tienen un alto grado de concentración”.
Stiglitz sostuvo también que en muchos países latinoamericanos son especialmente grandes el nivel de concentración de los medios y los nexos entre la desigualdad política y económica, “con lo cual la prensa es un modo de sostener la desigualdad".
"América latina es la región del mundo con mayor nivel de desigualdad y la concentración de la prensa juega un rol importante en esto”, señaló.
En el panel que compartió con el funcionario del Banco Mundial Sergio Jellinek, Stiglitz dijo que el suministro de información era un bien público, que cuando estaba disponible beneficiaba a todos, y remarcó que los mercados pueden no ser libres por otras restricciones que no sean estatales y que hace falta del gobierno para que los mercados sean realmente libres.
“Hay países donde los mercados se llaman libres pero no actúan como tales, en distintas áreas, en especial en los medios. Por eso opino que hace falta una fuerte intervención estatal, tanto regulatoria como en el otorgamiento de licencias, e incluso creando competencia en forma proactiva allí donde no existe”.
“Prefiero que el gobierno tome una posición fuerte, aunque los medios se enojen. Lo mejor es que el propietario de un diario poderoso no pueda obtener una licencia de televisión, no por favoritismo ni discriminación, sino porque ésas son las reglas para asegurar la diversidad. Así ocurre en muchos países”, concluyó.