Autores como Foucault, Noam Chomsky, Galeano, Quino, Marx y otros con obras de Best Sellers estuvieron entre los preferidos por el público, según un sondeo por los stands.
La editoriales que integraron la Feria del Libro, algunas dedicadas a obras de circulación masiva y otras centradas en la producción independiente, coincidieron en que el público de esta 39na. edición estuvo más interesado por comprar literatura, sobre todo los clásicos, que por otros tipos de obras más coyunturales.
Para Germán Gacio, de Siete Logos, un stand compuesto por las editoriales Adriana Hidalgo, Beatriz Viterbo, Caja Negra, Entropía, Eterna Cadencia, Katz y Mardulce, "este espacio es como una isla en medio del gran recinto ferial. La gente se queda mucho a ver, a diferencia de otros stands donde compran y se van".
"Y si bien hay libros que venden un montón, como los de Selva Almada, también hay un público que mira mucho y termina llevando cosas que quizás no conoce. Pero todos comparten el gusto por la narrativa contemporánea y por las traducciones locales", mencionó.
Susana Fernández, del stand de la librería Cúspide, dijo que "si miramos los grandes números vemos que en la Feria suelen comprarse bestsellers, pero de los clásicos".
"Ha crecido enormemente la calidad de la literatura que se vende, pero el mayor número se lo sigue llevando ese tipo de lector. Aunque nuestro best seller sigue siendo `El principito` y también tenemos en el mostrador `El Capital`, es como que aquí el público viene a buscar lo clásico", remarcó.
Victoria Paredes, de Ediciones de la Flor, señaló que "nosotros tenemos muchas cosas que atraen, como el clásico `Gaturro` de Nik o cuando vino a firmar libros Quino, eso fue tremendo por la cantidad de gente. También tenemos una recopilación de la narrativa de Rodolfo Walsh, con material inédito, que se está vendiendo mucho".
"Y algo muy importante fue la novedad de Fontanarrosa, `Negar todo y otros cuentos`, fue una decisión de los editores de último momento. Nos sorprendió muchísimo", dijo la librera.
Por su parte, Cleopatra Caglieris, del Fondo de Cultura Económica, sostuvo que "el consumo no bajó a pesar de los comentarios respecto a los problemas que hay con las importaciones o los libros digitales. Nosotros seguimos vendiendo cantidades de títulos y se viene incrementando mucho el tema de la literatura infantil. Le estamos dando más espacio a ese género".
"Y además -explicó-, tenemos el plus de que una de nuestras autoras, Isol, recibió un premio muy importante, eso hace que el primer lugar se lo lleven sus libros en la Feria".
Para Estela Olmedo, de Siglo Veintiuno Editores, "este año anduvieron muy bien las obras de Foucault, libros de educación, del uruguayo Eduardo Galeano, y la colección `Ciencia que ladra`, dirigida por Diego Golombek.
Darío Demarco, de la distribuidora Riverside Agency, consideró que "hay libros para todos, por eso se vende mucho, después siempre están las cosas del momento, como pueden ser los dedicados al Papa Francisco o las novelas eróticas. Se vendió mucho Alan Pauls, pero también cosas de diseño, moda y fotografía".
Además, Ignacio Gago, del stand de la Biblioteca Nacional, contó que pasó mucha gente interesada en las colecciones, sobre todo en las de libros para chicos, que son compilaciones de textos bastante novedosas y económicas".
"También se llevaron de la colección `Los Raros`, donde hay cosas muy variadas, como las novelas policiales por encargo que hacía David Viñas en sus comienzos, para ganarse la vida. Y el boom de la Feria son los libros del Bicentenario, unos mini libros que van desde el Che Guevara hasta una compilación de cuentos de fútbol", explico el librero.
Miguel Balaguer, editor de Bajo la luna, uno de los stands más bellos visualmente, dijo: “Vendimos lo que quisimos, tuvimos una oferta acotada de 120 títulos y fue una sorpresa de ventas. Ayudo que somos quienes vendemos y conocemos de punta a punta los libros”.
Para ellos, la literatura coreana fue la vedette de ventas con Han Kang, autora de “La vegetariana”, a la cabeza. “La palabra del título es un imán y la gente lo asocia con algo que le interesa”, agregó el editor.
Por primera vez en su historia, este sello independiente tuvo un stand propio: “Resultó un gran cambio de escala y permitió ampliar el interés de los libreros del interior, nos desvalijaron los catálogos y desde la Fundación El Libro tuvimos un gran apoyo con los autores extranjeros que trajimos”.
“Se dice que la feria es puramente comercial, pero la gente participa mucho de las actividades culturales. Todas las que propusimos fueron a sala llena”, concluyó Balaguer, dispuesto a repetir la experiencia en 2014.
“Fue una feria de calidad”, reconoció Maximiliano del stand Waldhuter, un espacio que se convirtió “en un nicho donde hay literatura que no hay en otros sitios. Aquí funcionó el boca en boca y nuestro éxito está relacionado con lectores. Lo más vendido fue literatura japonesa y autores como John Cheever, Allen Ginsberg y David Foster Wallace”.
Para los responsables de Capital Intelectual, la venta fue “pareja a 2012 en ejemplares” y destacaron que la gente se interesó por “Noam Chomsky, José Pablo Feinmann y temas como ecología e historia mundial”.