Fuelle y saxo le ponen música a los textos de Osvaldo Bayer en la puesta de "Exilio"

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Este miércoles en el Universidad se presenta un espectáculo que recrea la tragedia del éxodo forzoso en sus diferentes formas. La entrada es libre y gratuita. 

osvaldo bayer

 

Este miércoles llega a Mendoza el escritor Osvaldo Bayer para presentar en el teatro Universidad “Exilio” una propuesta que conjuga la música de un saxo, un bandoneón y un piano para recrear la tragedia del éxodo en sus diferentes formas.

"No debiera arrancarse a la gente de su tierra o país, no a la fuerza. La gente queda dolorida, la tierra queda dolorida..." dice Juan Gelman, y esa es la médula del espectáculo, una propuesta conjunta de “Garabombo producciones” y del Archivo Provincial de la Memoria para tratar de compensar olvidos y silencios a través de la música y de la memoria de los exiliados.

Piezas de Piazzola, Yupanqui, María Elena Walsh, Troilo, Cobián y Blas Rivera, entre los versos de Borges, Cadícamo, Cátulo, y Castillo son el engranbaje de Exilio. Por su parte Osvaldo Bayer dispara relatos de soledad, de distancia, de propios y ajenos atravesados por la misma tristeza de la partida, por la misma esperanza de la vuelta.

La puesta en escena recrea la tragedia del exilio en sus diferentes formas y cuenta con la dirección musical de Blas Rivera, quien además se suma en saxo y piano junto con Damian Torres en bandoneón, y Lucas Chami en diseño gráfico.

Los instrumentos que acompañan el espectáculo no son casualidad, como escribe la directora del espectáculo, Patricia Coppola: "Entre beatos y malandras, exiliados del Río de la Plata, con la sabiduría de los locos y la desfachatadez de los magos, soplados y temblados por locos y magos, fue que el fuelle y el saxo convirtieron el aire en quiebre, en cosa de negros con olor a despojo, en duelo de malevos, en patio de conventillo con cadera de mujer".

Bayer fuera del país

El escritor vivió en carne propia el exilio en Alemania, y parte de esas experiencias nutren también el espectáculo. Escribió al respecto:

“Sí, la llegada a Alemania. El regreso a los ancestros. En los huesos todavía el frío metálico que había comenzado a metérseme cuando, desde el asiento trasero del automóvil de la embajada alemana en Buenos Aires divisé la primer barrera militar antes de llegar al aeropuerto. Un Sepp Payr, herrero, que partió con herramientas a conquistar las pampas en quellos veleros que tardaban sesenta días en cruzar el Atlántico, es devuelto exiliado, un avión, con el nombre de Osvaldo Bayer, su nieto. El campesino tirolés que fue a plantar nueces y a herrar caballos lleno de ilusiones y de futuro, regresa cien años después, desesperanzado, sin herramientas. El azul se ha convertido en gris. El emigrado económico del siglo pasado regresa como emigrado político.

"Al pisar el aeropuerto de Frankfurt no puede dejar de pensar en los emigrados antinazis en Buenos Aires, allá, en los años 36 0 37. Recuerdo sus rostros pálidos, sus vestimentas europeas, sus ojos aguachentos conversando en voz baja en una mesa de “La Cosechera” de Belgrano, con el cafecito y el ajedrez de la infancia partida. Sus rostros de pronto iluminados por un relámpago como si alguien hubiera resbalado la confidencia: “Hitler cae esta primavera, hay que ir preparando las valijas”.

"Aquella estampa vista con ojos infantiles ahora se daba vuelta. Yo, hijo de una tierra que los recibió a ellos, me encontraba exiliado en la tierra que los exilió a ellos. Una ronda salvaje, irónica, sarcástica. Siempre repetida. Tal vez un niño alemán me ha estado observando cuando le explicaba a Osvaldo Soriano, en la cervecería “Ruhbick” de Essen, que antes de navidad la dictadura de Videla de iba a quebrar en pedazos y que desde ya había que empezar a hacer las valijas…”

La propuesta es organizada por el Instituto de Derechos Humanos y adhieren las secretarías de Bienestar y de Extensión Universitaria. Será en el teatro Universidad este miércoles 22 a las 21 y la entrada el libre y gratuita.

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