En obra, un documental que bucea en la biografía política del docente Carlos Fuentealba, asesinado en una protesta en Neuquén

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"La película  tiene dos ángulos: uno que es el menos conocido, y en el que se dilucida quién fue Carlos Fuentealba y qué lo inspiró a salir a la lucha; y otro es que no naturalizamos que Jorge Sobisch (gobernador de Neuquén en abril de 2007 cuando la represión policial a una manifestación de docentes asesina a Fuentealba) esté impune por esta muerte", adelantaron los realizadores Ariel Borenstein y Damián Finvarb.

 

en-obraLos realizadores Ariel Borenstein y Damián Finvarb salen a exhibir el documental En obra, que bucea en la biografía política de Carlos Fuentealba, docente asesinado por la policía neuquina en el transcurso de una manifestación gremial en abril de 2007.

El documentalista Finvarb realizó anteriormente junto a Patricio Escobar La crisis causó dos nuevas muertes sobre el tratamiento periodístico de los asesinatos de Maximiliano Kosteki y Darío Santillán y el periodista Borenstein fue uno de los delegados de la Comisión Interna del diario Clarín que la patronal despidió en el 2000. Ambos encararon esta película que se inscribe "en un cine que se siente parte de la lucha por justicia y contra la impunidad", remarcaron.

"En obra -dice Borenstein- tiene dos ángulos: uno que es el menos conocido, y en el que se dilucida quién fue Carlos Fuentealba y qué lo inspiró a salir a la lucha; y otro es que no naturalizamos que Jorge Sobisch (gobernador de Neuquén en abril de 2007 cuando la represión policial a una manifestación de docentes asesina a Fuentealba) esté impune por esta muerte".

"El filme arranca con el testimonio de compañeros de Fuentealba que lo vieron morir en el corte de ruta de Arroyito el 4 de abril de 2007 y luego recorre la historia política del docente, que nació en Junín de los Andes, hijo de un peón chileno, estudió en un internado de Neuquén en una escuela técnica, siendo joven se unió a la experiencia antiburocrática del sindicato de la Uocra de Neuquén liderado por Alcides Christiensen, y más tarde tuvo militancia en el movimiento de desocupados para integrarse después a las luchas del gremio docente de su provincia".

Los realizadores consideraron que "de la dictadura para acá todos los 24 de marzo siguen siendo la fecha política más importante en la Argentina, lo que significa que no se naturaliza la represión política ya sea en formato golpe de Estado o ya sea en democracia la muerte por protesta social".

Agregaron: "Eso ya es una marca en el orillo del pueblo argentino, cada muerte, en un sentido, genera conmoción o efectos políticos, Kosteki y Santillán le costaron la presidencia a Duahlde en su momento; el caso particular de Fuentealba tiene un ingrediente muy interesante porque él es un poco hijo de una experiencia no solo popular sino específicamente obrera".

Un desarrollo de tres años de trabajo que incluyó cuatro viajes a Neuquén para entrevistar a todas personas vinculadas "en el día a día y en la militancia de Carlos" fueron la base de este documental, que no escamotea las distintas visiones que acompañaron la lucha política en el sur del país y, en específico, la resolución del conflicto docente en Neuquén luego del asesinato de Fuentealba, prestando la voz a distintos actores de esos acontecimientos.

 

 

"Lo que parece una anécdota sobre la manera como muere Fuentealba, ayudando a replegarse a la mayoría de compañeros que por ahí tenían menos experiencia en ese tipo de enfrentamientos represivos -incluso se demostró en el juicio que él varias veces se baja de autos y le cede su lugar a otra gente para ayudar a otros compañeros en medio de la represión-, en realidad es un indicio de cómo vivió", cuenta Borenstein.

El periodista señala que, además, él toma esa actitud aún habiendo votado en contra de esa movilización en la asamblea docente que decidió la medida porque consideraba que la manifestación en Arroyito podía ser una suerte de trampa de Sobisch, entonces precandidato a presidente con promesa de mano dura.

"Lo común -dice Borenstein- es que la gente que vota en contra de una medida de lucha o no vaya o vaya con un perfil bajo, pero Fuentealba tenía acuñado el método de la democracia de los trabajadores y una responsablidad que lo hace a él actuar ese día de una forma".

Los realizadores dicen que les interesó mostrar cómo vivió Fuentealba, "ya sea como obrero de la construcción o como joven politizado que se acerca a los obreros de la construcción, como militante que se acerca al movimiento de desocupados del 95 que termina con el cerco a la Casa de Gobierno de Neuquén y con Christiensen y Panario presos -que fue antes que Cutralcó, que estalla en el 96- y como docente en el último proceso".

"A lo largo de su historia política, Fuentealba sigue una misma línea donde está presente el aceptar y ser parte de las decisiones colectivas de los trabajadores, y en este sentido lo que buscamos fue hacer una biografía política entendida desde la lucha, porque teníamos la convicción de que no puede explicarse a un luchador social sin remitirse a los procesos de los que participó y a las personas que también participaron de esos procesos", aseguran.

Además, reseñaron los realizadores, al quedar incluido el proceso antiburocrático de la Uocra Nequén que se inicia en 1984 y finaliza en el 91 y arrastra la historia de la construcción de las represas de El Chocón y Piedra del Aguila anteriormente, "la película es también un recorrido por la lucha social en el sur argentino".

"Nos motivó ubicar a la película como parte de la lucha contra la impunidad y al mismo tiempo reivindicar a Fuentealba como un militante que se integra a una tradición clasista ligada a la clase obrera", señalaron.

Antes que como cine militante, Finvarb prefirió encuadrar el trabajo dentro del cine político.

"Yo no me asumo en un cine militante, sí creo en un cine político que discute las cosas, al que lo que le interesa es analizar los hechos para sacar algunas conclusiones y que se discutan para ver cómo se modifica la realidad con eso; es un aporte más a la discusión", remarcó.

Los realizadores ofrecieron que luego de su exhibición en el Gaumont y otros espacios Incaa del país la película está disponible para ser proyectada en sindicatos, organizaciones sociales y civiles para continuar el debate.

Fuente: Télam

 

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