Tras un mes en el centro de la escena política mundial, Perceval entregó la presidencia del Consejo de Seguridad

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Bajo la presidencia de la mendocina, que es embajadora argentina en la ONU, el órgano fracasó en el consenso de una política común sobre Siria, aunque nada tuvo que ver Perceval para que se produjera ese fracaso.
 

Marita Perceval en el primer discurso al frente del Consejo de Seguridad, cargo que ejerció en agosto.
Marita Perceval en el primer discurso al frente del Consejo de Seguridad, cargo que ejerció en agosto.

 

La mendocina Marita Perceval pasó un mes en la presidencia del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas durante el cual se desarrolló el proceso político del ataque estadounidense a Sirio tras la supuesta comprobación del uso de armas químicas por parte del gobierno del presidente Al Assad. Bajo la presidencia de la embajadora argentina en la ONU, el Consejo de Seguridad fracasó en el intento por consensuar una política común sobre Siria, aunque nada tuvo que ver Perceval para que se produjera ese fracaso.

En agosto a Argentina le correspondió la presidencia del organismo de seguridad, del que es miembro no permanente, en el marco de la rotación mensual prevista para los países con ese estatus. Justo se desencadenó la denuncia de Estados Unidos al presidente sirio por el uso de armas químicas en la guerra civil que vive el país.

No bien tomó posesión de la presidencia en nombre del Estado argentino, Perceval recibió un pedido del gobierno de Siria para que el Consejo de Seguridad tomara medidas para evitar un ataque al país. El 2 de agosto, segundo día de mandato de Perceval en el Consejo, el embajador de Siria ante la ONU, Bashar Jaafari, envió cartas al secretario general del organismo, Ban Ki-moon, y a la argentina María Cristina Perceval, entonces presidenta del Consejo de Seguridad, para evitar una posible intervención militar, reportaron los medios en todo el mundo.

No obstante, la resolución del tema Siria en la ONU no pasó por Perceval ni Ban Ki-moon. Los miembros permanentes tenían su idea clara y decidido el curso político frente al caso. Estados Unidos con Inglaterra y Francia a favor de que el organismo avalara una intervención militar en Siria, y Rusia y China en contra. El Consejo de Seguridad, a la postre, no pudo ponerse de acuerdo en una declaración, con lo cual la postura intervencionista no halló sustento en el órgano de las Naciones Unidas.

Cuando Perceval entregó la presidencia del Consejo de Seguridad a la representación de Australia, el presidente de Estados Unidos Barack Obama le había declarado la guerra unilateralmente a Siria y había dejado en suspenso la orden de un ataque hasta que se reúna el Congreso. Nada pudo hacer la mendocina embajadora en la ONU con la chapa de la presidencia del Consejo de Seguridad para evitar la guerra, aunque por una situación fortuita le tocó estar un mes en el centro de la escena política mundial.

En principio, el periodo a cargo de la mendocina era el peor del año en términos de acción, aunque resultó todo lo contrario debido a la coyuntura del caso Siria. En agosto los representantes en la ONU se toman vacaciones, como los congresistas estadounidenses.

 

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