Río volvió a ser la ciudad de la furia de un grupo radical incrustado en una multitudinaria protesta de docentes

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Un centenar de personas atacó el Concejo Municipal y la sede del Legislativo con cócteles molotov. La Policía dispersó con gases cuando antes de que los militantes violentos ingresaran al centro histórico. 

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Grupos anarquistas protagonizaron una batalla campal contra las fuerzas policiales después de una manifestación pacífica a cargo de docentes en huelga. Foto: AP en La Nación
Grupos anarquistas protagonizaron una batalla campal contra las fuerzas policiales después de una manifestación pacífica a cargo de docentes en huelga. Foto: AP en La Nación

 

Cajeros automáticos destruidos. Locales azotados. Vidrios rotos por doquier. Un ómnibus incinerado. Cócteles molotov en una sede consular de Estados Unidos y en el edificio del Poder Legislativo local. Imágenes así se vieron el martes en la mañana en distintas zonas de Río de Janeiro, donde grupos anarquistas protagonizaron una batalla campal contra las fuerzas policiales después de una manifestación pacífica a cargo de docentes en huelga.

Los hechos tuvieron lugar una vez finalizada la pacífica marcha de apoyo a los profesores que están en huelga desde el mes pasado en el estado brasileño de Río de Janeiro, en protesta por un plan de ascensos y reajustes salariales que consideran perjudicial para la educación.

Al finalizar la marcha, en la céntrica plaza de Cinelandia, al menos cien integrantes del denominado grupo "Black Block", que defiende el uso de la violencia en las manifestaciones, atacaron el Concejo Municipal y lanzaron hasta diez cócteles molotov contra la sede del Legislativo, además de romper varias ventanas, pintarla con consignas y tratar de invadirla.

Los grupos antidisturbios de la Policía brasileña cargaron contra ellos y lanzaron gases lacrimógenos y bombas aturdidoras, aunque no pudieron evitar que atacaran casi una docena de sucursales bancarias, además del consulado de Estados Unidos en la ciudad.

Los manifestantes, algunos de ellos muy jóvenes, respondieron con piedras, petardos y fuego en barricadas improvisadas con basuras. "Fora (Eduardo) Paes", el pedido de renuncia del alcalde de Río, era su principal mensaje.

 

 

Durante los enfrentamientos, que se alargaron durante más de tres horas, los miembros de los "Black Block" quemaron un colectivo municipal y apedrearon al menos otros cinco.

Asimismo, arrasaron el mobiliario urbano e incluso atacaron algunos de los edificios de oficinas del centro de la ciudad carioca.

Tras dirigirse hacia las estrechas calles del centro histórico de Río de Janeiro, las unidades policiales lanzaron gases lacrimógenos hasta conseguir que se disolvieran las manifestaciones.

Según comprobó la agencia EFE, también se realizaron varias detenciones, aunque ninguna autoridad divulgó cifras de detenidos o de heridos en los incidentes.

 

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