Vino para robar, la película que se filmó en parte en Mendoza, será el único representante argentino entre la docena de títulos que integran la Selección Oficial competitiva del 39no. Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, que tendrá lugar entre el 16 y el 23 de noviembre en esa ciudad del sur de España.
La película protagonizada por Valeria Bertuccelli (que ganó el Colón de Plata en Huelva por su labor en “Lluvia”, de Paula Hernández) y el uruguayo Daniel Hendler, es una comedia de intriga y suspenso.
Con las actuaciones de Martín Piroyansky, Pablo Rago, Juan Leyrado y Mario Alarcón, que completan el elenco, la película se estrenó en la Argentina en agosto último y fue vista por 169.359 espectadores.
Winograd llegará por primera vez a Huelva con su cuarto largometraje (el documental “Fanáticos”, de 2004; “Cara de queso-mi primer ghetto-“, de 2006; y “Mi primera boda”, de 2011) y será uno de los realizadores más experimentados de la muestra que este año pone el acento en debutantes.
La competencia del certamen reunirá las óperas primas “La distancia más larga”, de la venezolana Claudia Pinto, y también desde Venezuela llegará la primera cinta de Joel Novoa, titulada “Esclavo de Dios”, y presentado como un thriller que narra la historia de dos extremistas, uno islámico y otro judío, durante el conflicto por el atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina, en Buenos Aires en 1994.
La nómina de nuevos realizadores suma al brasileño René Sampaio (con “Brazilian Western”), el colombiano Roberto Flores Prieto (“Cazando luciérnagas”), el chileno Moisés Sepúlveda (“Las analfabetas”), el salvadoreño de nacionalidad mexicana José Luis Valle (“Workers”) y el protugués nacido en Guinea Bissau Luis Diogo (“Pecado fatal”).
El listado de películas que pugnan por el Colón de Oro, máxima distinción que otorga el festival, se completa con “El futuro”, de la chilena Alicia Scherson, “Cinco de Mayo: la batalla”, del mexicano Rafa Lara; “El mudo”, de los hermanos peruanos Daniel y Diego Vega, y “`Planta Madre” en donde el peruano Gianfranco Quattrini cuenta la historia de un viejo rockero argentino que llega a Iquitos (Perú) para realizar el viaje que su hermano planeó 40 años atrás, antes de morir.