Lanús y River no abrieron el marcador en el partido de ida de la llave de la Copa Sudamericana que finalizará la semana que viene en el Monumental.
El sostén ineludible del punto y el arco en cero para el conjunto `millonario` se llamó Marcelo Barovero. El guardavallas santafesino, de destacado nivel en la temporada, tapó, al menos, cuatro chances claras del conjunto local, todas ellas en el segundo período.
Lanús ejerció un ligero dominio territorial, sobre todo en la segunda mitad, aunque pareció jugar con "el freno de mano puesto" en algún momento. Tal vez, por el temor de no sufrir un gol del rival en condición de visitante.
Los 45 minutos inaugurales mostraron muy poco. Hubo variada lucha en la mitad de la cancha, con un River dispuesto, básicamente, a tratar de controlar los embates rivales.
Dentro de ese contexto de paridad, Lanús fue algo más y el único que dispuso de chances más o menos nítidas. Así, el delantero Jorge Pereyra Díaz no resolvió bien una buena maniobra colectiva, mientras que Jorge Ortiz cabeceó alto y la pelota salió por encima del travesaño.
Pero en el segundo período, el panorama cambió: los dos equipos tuvieron chances variadas, porque las defensas se `abrieron` y así los arqueros ganaron protagonismo.
Barovero se quedó con dos estupendos remates de Silva y Diego González; Marchesín le tapó una clara a Lanzini (lo mejor de campo del equipo de Núñez) y luego evitó con los pies un cabezazo de Germán Pezzella.
El colombiano Teófilo Gutiérrez, de opaco rendimiento, también se perdió una situación clara, pero a medida que los minutos fueron pasando, River se fue conformando con el marcador.
Sobre el final, con más empuje que juego, Lanús estuvo cerca con una corrida de Lautaro Acosta que tapó muy bien Barovero. Y también con una aparición del pibe Melano que llegó mal pisado para conectar un tiro libre ejecutado en forma frontal por el paraguayo Ayala.
El resultado entrega diferentes lecturas. Por lo pronto, la serie está abierta. Lanús exhibió una mayor predisposición ofensiva, aunque chocó con Barovero y con su propia falta de eficacia.
River mostró una anémica cara ofensiva (lleva 451 minutos sin festejar un gol; cuatro partidos completos en el Inicial y estos 90 minutos ante el Granate) y su Lanzini-dependencia para elaborar de tres cuartos de cancha hacia adelante.
Fuente: Télam