Murió en París el gran Alain Resnais

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El director de cine Alain Resnais, uno de los ilustres de la "Nouvelle vague" y autor de películas fundamentales de la historia del cine como "Noche y niebla", "Mi tío de América" o "Hiroshima mon amour", falleció en París a los 91 años.

Hace nada más que dos semanas obtuvo el Premio de la Federación de la Prensa Cinematográfica Internacional (Fipresci) en el Festival de Berlín, por "Aimer, boire et chanter" (Amar, beber y cantar), protagoizado por Sabine Azéma e Hippolyte Girardot.

Resnais fue siempre un gran cinéfilo y en la segunda posguerra se dedicó a filmar cortos en 8mm sobre temas artísticos, pero fue su encuentro con el director Chris Marker quien lo indujo a perfeccionar su oficio y así nacieron títulos como "Noche y bruma" (1955), un lacerante testimonio sobre los campos de concentración nazis.

Nunca se supo a ciencia cierta si Resnais perteneció o no a la "nouvelle vague", pero le tocó surgir públicamente en paralelo a ella, y los más veteranos recuerdan la repercusión pública que tuvieron por estas playas "Hiroshima..." y "...Marienbad".

"Hiroshima..." (1959), por el marcado erotismo de las escenas de cama entre la francesa Emmanuelle Riva -la de "Amour" (2012), de Michael Haneke- y el japonés Eiji Okada en contrapunto con el drama atómico de 1945, y "...Marienbad" (1961) por el extraño laberinto formal y conceptual.

Con la actuación de la etérea Delphne Seyrig y los catetos del triángulo formados por Giorgio Albertazzi y Sacha Pitoëff, el filme incluía largos planos geométricos que remitían a alguna obra de Jean Costeau y a pintores de preguerra.

"...Marienbad" instituyó asimismo la técnica del "flash back", recurso que sirve para introducir bruscamente un recuerdo o idea fugaz en medio de una escena, que luego se usó hasta el hartazgo, incluso en películas publicitarias.

Nacido en Vannes, Bretaña, el 3 de junio de 1922, Resnais se interesó por el cine a los 13 años, cuando filmó "L`aventure de Guy" (1936), aunque tan solo una década después recuperó el interés y rodó una serie de cortos sobre pintores famosos.

La política nunca fue ajena a sus intereses: "La guerra ha terminado" (1966), sobre guión de Jorge Semprún, observa el desencanto de un exiliado español y militante antifranquista (Ives Montand), ante la guerra perdida y una lucha que ve desvanecer.

Pero Resnais es Resnais, y el exiliado tiene dos amantes (Ingrid Thulin y una jovencísima Geneviève Bujold) con las que juega las escenas de erotismo más bellas jamás filmadas, de las que alguien dijo que deberían exhibirse en los colegios para mostrar a los párvulos lo que el sexo contiene de amor.

El compromiso lo condujo a un filme colectivo, "Lejos de Vietnam" (1967), en el que en compañía de Chris Marker, Jean-Luc Godard, Agnès Varda y Joris Iven, entre otros, Resnais denunció las barbaridades de Estados Unidos en su invasión al país asiático.

Con la comedia, como en "Je t`aime, je t`aime" (1968), no le fue tan bien a pesar de que la parejita de Claude Rich y Olga Georges-Picot estaba muy en sus roles, pero lo experimental con lo romántico no atrajo al público.

Hubo un momento en que Resnais fue muy requerido por el público argentino: "Stavisky" (1974), con Jean Paul Belmondo como el famoso estafador de principios de siglo, "Providence" (1977) y "Mi tío de América" (1980) burlaron la claustrofóbica censura de la dictadura militar y dieron calidad a quienes se refugiaban en las salas de cine.

Luego, el interés por su obra fue decayendo y muchos de sus títulos ni siquiera llegaron y cuando lo hicieron, como en el caso de "La vida es una novela" (1983), duraron muy poco en cartel.

Lo último que se estrenó comercialmente del director galo fue "Las hierbas salvajes" (2009), que tuvo excelentes críticas, pero es probable que cintas como "Pas sur la bouche" (2003), "Coeurs" (2006) o "Vous n`avez encore rien vu" (2012) no arriben jamás o sólo se vean en algún ciclo esporádico.

 

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