Por Javier Gascón
Para Mundo Deportivo
El Barça no mereció caer en Granada. Hasta el empate hubiera sido poco premio en un partido en el que creó más de una decena de ocasiones claras y no menos de veinte llegadas que rozaron el gol. Pero las buenas intenciones cuentan en la pretemporada y, como mucho, en las primeras cinco jornadas del campeonato. A seis partidos del final, con la Liga en juego, sólo vale ganar y el equipo azulgrana no lo hizo ante un equipo encerrado en su área para defender tres puntos de oro en su pelea por la salvación. No supo remontar el gol de Brahimi en el 15' a ratos por falta de confianza, a veces por mala suerte, otras por preocupantes carencias en la calidad de los remates, siempre pecando de previsible... El equipo del Tata Martino, tras decir adiós a la Champions League, comienza a despedirse de la Liga y va lanzado al abismo a cuatro días de la final de Copa en Mestalla ante el Madrid.
Fue un Barça triste el de la primera parte, desanimado desde el calentamiento. Jugó mejor que en sus deprimentes derrotas ligueras en Anoeta y Zorrilla, con más posesión y más llegada, pero fue evidente la factura psicológica de la eliminación por aplastamiento en la Champions League ante el Atlético. Faltó espíritu para acabar lo que se creaba, no había confianza en el último pase ni fe en el remate. Y no ayudó nada que Song, con el equipo abierto en la fase construcción, se fuera de excursión en el minuto 15 desde su zona de contención, perdiera el balón y generara un contragolpe letal del Granada en el que se descubrieron todas las carencias de la defensa de circunstancias que alineó el Tata Martino por las bajas de Valdés, Piqué y Bartra, además de su decisión de dar descanso a Alves y Alba. Fran Rico puso el balón a la espalda de Mascherano y Busquets, ayer central, Pinto se quedó a media salida y Montoya pensó más en evitar que el penalti que en llegar antes que Brahimi, el más listo para marcar el 1-0.
Era la primera llegada del Granada, suficiente para anular el tímido efecto positivo de la salida del Barça. Montoya, pese a su aparición en la foto del gol local, se convirtió en el mejor atacante con sus apariciones por sorpresa por la banda derecha. Del lateral fueron dos de las mejores ocasiones: un cabezazo tras servicio del otro lateral, Adriano, y una volea con poco ángulo después de un pase de Iniesta.
Con Messi desaparecido, Neymar sí mostro ambición y orgullo desde la izquierda. Suyo fue el primer tiro entre los tres palos desde lejos, con despeje de Karnezis. También tuvo un cabezazo nítido tras centro de Montoya que se fue alto. Se peleó con Iturra, que le agredió, y con Nyom, a quien agredió. De sus botas salieron buenas acciones que acabaron con disparos inocentes, casi infantiles, de Cesc, Iniesta y Pedro. Sus remates fueron una broma al lado del de Recio, que obligó a Pinto a intervenir. De la nada, el Granada creó dos ocasiones de gol y aprovechó una. El Barça vivió en el área rival y apenas inquietó a Karnezis.
En la segunda parte, el Barça mantuvo el dominio y aumentó la intensidad. Más vivo, llegó a la portería del Granada con la misma frecuencia, pero con más intención en el remate, con un plus de agresividad imprescindible para acabar las jugadas. Por lo menos descubrió que su rival tenía portero. El griego Karnezis prolongó la agonía azulgrana con paradas espectaculares tras remates de Cesc, a la base del poste; Messi, a la escuadra en una falta; y Busquets, a bocajarro en un córner. No había manera de marcar y suerte que Montoya, muy atento en las coberturas, evitó dos goles de Brahimi, que se quedaba solo otra vez.
Las llegadas del Barça se sucedían ante un Granada encerrado ya de forma descarada, pero siempre con el puntode mira desviado. Así estropeó Neymar dos claras oportunidades, mientras que Iniesta golpeaba al aire en posición inmejorable.
El Tata Martino movió el banquillo, pero muy poco al equipo. Alba entró por Adriano y Alexis sustituyó a Busquets, con lo que Song acabó de central. El Barça encaró los últimos 10 minutos ya víctima de la ansiedad, lanzado a por el empate. Messi no llegó por milímetros al pase de la muerte de Neymar, Ilori sacó bajo palos un remate del brasileño, Iniesta rozó el poste con un punterón, Montoya volvió a tirar sin convicción, Messi cabeceó alto, Pedro probó otra vez a Karnezis.. Prisas, precipitación, falta de fortuna, nervios... Pero nada. El balón no entró, Pinto evitó el 2-0 en un mano a mano con El Arabi y el Barça comienza a decir adiós también a la Liga.