La fiscalía de Corea del Sur pidió el arresto del Capitán y dos tripulantes del ferry hundido por haber abandonado el barco sin poner a salvo a los pasajeros. En el ferry viajaban 325 adolescentes y la mayoría está desaparecida. Hasta ahora son 28 los muertos.
Los fiscales creen que tanto el capitán, Lee Jun-seok, de 69 años, como los dos tripulantes, violaron la ley al ser evacuados en los primeros momentos del rescate sin atender a la seguridad de la mayoría de los 475 pasajeros, consignó la agencia EFE.
El buque se hundió el miércoles último y los datos oficiales indican que 179 personas fueron rescatadas con vida, mientras el número de muertos ascendió a 28, y 268 continúan desaparecidos, la mayoría jóvenes estudiantes de 16 y 17 años, que se presume están atrapados dentro del barco con escasas posibilidades de sobrevivir.
Cuatro grúas marinas y varios robots fueron enviados al punto del siniestro para ayudar a buscar a los desaparecidos, mientras los operarios comenzaron a inyectar oxígeno en el buque para evitar que se hunda del todo y proporcionar aire a los posibles sobrevivientes.
Las personas atrapadas podrían sobrevivir hasta 72 horas en caso de que se hubieran formado bolsas de aire dentro del transbordador, según aseguran expertos.
Se cree que el ferry varió la ruta marcada por el Gobierno y realizó un cambio de dirección brusco en lugar de girar de forma gradual, lo que habría desplazado la carga y provocado su vuelco, aunque esta hipótesis no está demostrada.
Algunos sobrevivientes aseguraron que el capitán fue de los primeros en ser evacuados desatendiendo a los pasajeros, algo que le podría costar hasta 5 años de cárcel, según las leyes surcoreanas.
Los familiares de las víctimas redactaron hoy un comunicado en el que criticaron duramente al Gobierno, al que acusaron de no realizar suficientes esfuerzos, iniciar tarde el rescate y proporcionar datos erróneos durante las primeras 12 horas tras el naufragio.
Los allegados de los afectados, concentrados en la localidad costera de Jindo, denunciaron que Seúl rehusó contratar a buzos privados para el rescate y que el número de barcos y aeronaves movilizados es menor del que anunciaron las autoridades, lo que fue desmentido por el Gobierno.