El dibujante e historietista mendocino Joaquín Lavado fue la figura central del acto de apertura de la Feria del Libro de Buenos Aires. Audio y transcripción de la entrevista que le hicieron Ulanosky y Mucci.
"A la feria del libro uno le tiene mucho cariño, es un hecho cultural de una importancia única para el país. Es una cosa que a uno lo llena de alegría y orgullo, haber sido elegido este año me da mucha alegría, me pone muy gordo. A partir de hoy me voy a tener un respeto increíble".
Con estas palabras respondió Joaquín Lavado, Quino, a la introducción que sobre él hicieron los periodistas Carlos Ulanovsky y Cristina Mucci, encargados de llevar adelante la entrevista pública con el autor de Mafalda, invitado central en la noche inaugural de la 40ª edición de la Feria Internacional del Libro.
La charla continuó con un diálogo ameno y que recorrió distintos momentos en la vida del artista.
Carlos Ulanovsky: —¿Qué fue lo más grave que te pasó por ese distanciamiento con la realidad que dijiste que tenés?
Quino: —Lo primero que me viene a la cabeza es el servicio militar. Lo hice en Mendoza, por suerte me tocó cerca de casa. No lograba encajar conmigo mismo.
CU: —¿Qué te hacía sufrir más?
Q: —Las humillaciones, regar un terreno enorme con una latita de extracto de tomate, que me llevaba horas inútiles pudiendo hacer cosas mejores.
CU: —¿Tuviste que aprender a manejar un arma?
Q: —Sí, y eso tengo que reconocer que me gustó bastante. Tirar al blanco, disparar... me gustaba de chiquito. Dentro de mi espíritu pacifista tengo un costado violento, pistolero.
Cristina Mucci: —Tenés también un alto nivel de exigencia. Cuando tomás un avión querés llegar muy temprano...
Q: —Me trae conflictos con mi mujer porque dos horas antes quiere ver una película.
CM: —¿Qué te producía este acto de apertura antes de venir?
Q: —Curiosidad, alegría, cosas muy distintas.
CU: —¿Es cierto que nunca terminaste de aprender a dibujar a Mafalda?
Q: —Sí, es cierto. Dibujar siempre el mismo personaje es una cosa muy pesada. Las páginas de humor que uno hacía cada semana eran mucho más creativas, más libres, más divertidas. Le tengo mucho cariño a Mafalda, por el cariño de la gente, la alegría, el reconocimiento, pero los personajes que aparecían un día o una semana los quiero por igual.
CM: —A Mafalda la hiciste 9 años y la dejaste hace 41... Y seguimos hablando de Mafalda.
Q: —¿Qué plomo no?
CU: —Estudiosos de tu obra se han dado cuenta que los dibujos de mujeres eran más grandes que los de hombres. ¿Era por algo?
Q: —Que yo sea consciente, no.
CU: —Las mujeres aparecen como sargentonas...
Q: —Había una tradición humorística en Argentina que la mujer tenía un palo de amasar para pegarte en la cabeza y se ve que no podía escapar a este mito.
CM:— ¿Estudiaste pintura, no?
Q: —Sí, pero la pintura no era para mi.
CU: —¿Te hubiera gustado exponer cuadros?
Q: —Alguna vez hice una exposición, en los años 60.
CM: —¿Y dónde están esos cuadros?
Q: —No tengo la menor idea. Esas cosas que hace uno con las cosas, como unos muebles de mi casa que no sé donde fueron a parar...
CU: —Alguna vez dijiste que dibujabas para que el mundo cambie. ¿Para qué lado querías que cambiara?
Q: —Para el bueno, para el bueno, para el de los Beatles, para el de John Lennon, para toda esa gente. Pero lamentablemente no fue así porque el sistema se ocupó así como los elevó en una época, de hundirlos luego.
CM: —¿Qué pensás de que Mafalda es la tira cómica Latinoamericana más leída de la historia? Son tres generaciones que admiran a Mafalda.
Q: —Me sorprende mucho.
CM: —Sábato te dijo que Mafalda toca temas del alma humana y por eso se reconoce tanto... ¿Estás de acuerdo?
Q: —Estoy de acuerdo, viendo mi propia obra veo que toqué temas... me sorprende que hay temas que 40 años después parezcan dibujados ese mismo día. A lo largo de la historia uno se da cuenta que el mundo repite siempre los mismos errores, es increíble.
CU: —Mafalda fue poster, historieta, dibujo animado. ¿Podía haberse hecho una comedia musical, una obra de teatro?
Q: —No me gustaba pasar de una cosa gráfica a eso, yo soy un dibujante que dibuja sobre un papel. Sacado de ahí, no. No me gustan que me la vengan a cambiar. Por eso cuando veo la piratería, me pongo... sigue siendo objeto de piratería.
CM: —Dijiste que tu tema es el poder.
Q: —Dibujo cualquier poder, porque se ejerce en ámbitos que uno no se imagina. Siempre dibujé restaurantes porque me parece un terreno político comparable con la sociedad. La gente va queriendo comer, que es lo que quieren los pueblos, pero hay que someterse a lo que te diga el chef, que no tenemos, que no hay, que te lo hacen mal... y encima hay que pagar.
CM: —¿Sos un dibujante político?
Q: —Sí, sí, tuve una familia muy politizada, discusiones en casa sobre la guerra. El que dice "yo en política no me meto" hace política negativa.
CM: —¿El humor nace de la carencia?
Q: —Del sentido crítico ante las cosas. Si a uno le dicen haga humor hablando bien de Fulanito, es dificilísimo...
En otro momento de la entrevista, Quino destacó el rol de su mujer por la paciencia que le tuvo al ritmo de su trabajo. "Sin chistar, o chistando un poquito. La primera a la que le tengo que agradecer. La difusión que ha tenido Mafalda en el mundo es gracias a ella".
Sin embargo, se encargó de desmentir que Mafalda sea famosa en todo el mundo. "No me gusta decir que a Mafalda la conocen en todo el mundo porque la conocen en Francia, Portugal, Grecia, España por supuesto y América Latina. En Rusia nadie conoce a Mafalda. No se lee en todo el mundo".
A quien también recordó es a su tío, Joaquín Tejón, "que era dibujante, pintor, un andaluz que nos cuidaba a mis hermanos y a mi. Como no había televisión, sacó lápiz y papel para que dibujemos. Con un lápiz se puede escribir Mein Kampffo La Divina Comedia".
CU: —No usás teléfono celular.
Q: —Sí, al final uso, pero para hablar por teléfono nomás.
CU: —¿Cómo es tu relación con el mundo digital?
Q: —Pésimo, me siento un analfabeto total. No entiendo cómo un dinero que no existe cotiza en bolsa.
CU: —No estás dibujando ahora ¿Cómo canalizás tu necesidad expresiva?
Q: —Perdiento el tiempo de forma lamentable, tardando mucho en hacer cosas. Por supuesto que cuando puedo voy al cine, a conciertos.
CU: —¿Cuál fue el peor trabajo que tuviste?
Q: —El servicio militar.
En otro segmento de la charla, que se extendió por más de media hora, Quino contó que pese a que a Mafalda la dibujó nueve años y hace 41 que no lo hace, todavía "hay gente que reprocha ´¡por qué mató a Mafalda!´".
Y se hizo un espacio para darle consejos a los que están comenzando una carrera como dibujantes. "Ver mucha pintura, ir a todos los museos que se pueda y leer, leer mucho. La vocación está muy bien pero hay que trabajar mucho".
La Biblia, "un libro imprescindible"
Quino destacó el lugar de importancia que ocupó La Biblia en sus lecturas.
"Yo he leído mucho la Biblia buscando temas para mis ideas y me di cuenta que ir a tantos museos sin leer la Biblia no se sabe lo que se está viendo. Nunca la leí con sentimiento religioso porque no soy creyente... además tiene partes muy divertidas, como la gente de Sodoma y Gomorra, que eran unos tipos con obsesión sexual muy desarrollada. Y cuando Dios se da cuenta les manda a los ángeles para que informen si esta gente es tan degenerada o no. Los de Sodoma y Gomorra los tienen que proteger porque había gente que quería tener sexo con los ángeles. Entonces Dios dijo 'prendámosle fuego a estos'".
Fuente: Infonews