Por Marco Galdi
Para Agencia ANSA
Dos bomberos-buzos belgas perdieron la vida al intentar salvar a un cisne en un río en la localidad de Esneux.
El caso fue muy comentado en los medios de Bruselas, no sólo porque se trata de un hecho fuera de lo común sino porque la increíble, y fallida, intervención de los bomberos se mezcló con una agitación sindical de ese cuerpo de seguridad.
Todo comenzó cuando el destacamento de los bomberos de Esneux, al sur de Bélgica, recibió el llamado de una persona que pedía ayuda para salvar a un cisne que había quedado atrapado en el río del Ourthe, con aguas en ese momento muy turbulentas tras un temporal en la zona. El llamado parecía ser una alarma más para salvar o proteger a los animales, hecho que los bomberos belgas deben cumplir -precisan los medios- a rajatabla.
En el llamado se indicaba que el cisne estaba trabado debajo del puente de un dique, donde se había formado una pequeña base de ramas de árboles.
Según la reconstrucción de los hechos por parte de la policía, tras llegar al lugar, los dos bomberos, Yves Peeters y Christian Dejardin, se calzaron sus tutas de buzo y entraron en acción. Yves liberó casi de inmediato al animal, pero no logró en cambio salir de los remolinos creados por el agua. Al ver ésto, Christian intentó ayudarlo: el desenlace fue fatal, visto que ambos murieron en el tentativo. En ese momento entró en acción un tercer bombero-buzo, que logró sacar con vida a Christian, quien sin embargo falleció poco después en un hospital, mientras que Yves ya estaba muerto.
Según parece, ambos perdieron la vida a raíz de los fuertes golpes que recibieron en la cabeza por los objetos contundentes arrastrados por las aguas del río. Los medios locales recuerdan que la tragedia tuvo lugar en el medio de una reivindicación sindical de los bomberos belgas. Precisamente para hoy estaba en programa una marcha de protesta, que fue suspendida, cuyo lema iba a ser "Moins de pompiers = Plus des dangers" (menos bomberos, más riesgos). Obviamente una cuestión de presupuestos.
