Fueron puestos en la vidriera del escarnio desde la interna del peronismo al mismo tiempo que decidieron tamarse unos días de vacaciones.
Omar Parisi y Marisa Garnica atraviesan el peor momento político desde que dieron un portazo en el Partido Demócrata para sumarse a la ola kirchnerista en la previa del 54% de Cristina Fernández en las elecciones de 2011. El ex intendente de Luján y la ex funcionaria municipal fueron puestos en la vidriera del escarnio desde la interna del peronismo al mismo tiempo que decidieron tamarse unos días de vacaciones.
Parisi dirige el Instituto Provincial de la Vivienda desde el inicio de la gestión de Francisco Pérez y Garnica está al frente de la Agencia de Seguridad Vial de Mendoza desde hace tres meses. "¡Y tan pronto se fue de vacaciones!", exclamó un coro peronista que estaba agazapado esperando la oportunidad de ajusticiar a los gansos intrusos para que el tema llegara a los medios.
Los ministros de Transporte, Diego Martínez Palau, y de Seguridad, Leonardo Comperatore, se hicieron a un lado de la causa de Garnica, por quien no dieron ninguna justificación. Es más, negaron estar al tanto de sus vacaciones, mientras sus entornos eran usinas de las revelaciones que traería aparejado el caso.
En el medio de las vacaciones del matrimonio ligado al poder con un acuerdo directo con el gobernador Paco Pérez, surgió una critica de procedimiento en la Legislatura contra el titular del IPV por una contestación de esa repartición a la Cámara Baja en manuscrita y a las apuradas. Un pedido de informes del radical Tadeo García Zalazar originó una respuesta que fue considerada "una burla" por el peticionante, pero también por el presidente de la Cámara, Jorge Tanús, quien le hizo saber su opinión a Parisi con un escrito que hizo público.
Para el peronista azul que conduce Diputados, la actuación del IPV frente a la solicitud del legislador radical fue "totalmente fuera de lugar, grotesca y una falta de respeto", como menciona en el escrito.
El oficialismo mendocino está en un proceso de reacomodamiento del poder interno en función de un escenario pos kirchnerista. Parisi y Garnica pagaron con la divulgación artera de sus vacaciones el precio de la posición interna, sin estructura dentro del peronismo que los sustente.