La madre de un joven de un barrio pobre de Alvear hallado muerto acusó una actuación policial similar a la del caso Arruga

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Marcha en septiembre por Gabriel Franco frente a la Comuna exigiendo justicia. Foto: Media Mza

 

"Hace tres años que la policía empezó a perseguir a mi hijo porque era morocho y se vestía con zapatillas Adidas y usaba visera. Lo levantaban en las calles y jamás llegaba a las comisarías. Yo tenía que ir a buscarlo a fincas a lugares alejados". Marisa Santana, la madre de Gabriel Franco -un joven de 16 años que fue encontrado muerto en General Alvear el 25 de agosto en inmediaciones de la zona de calles Prolongación y Circunvalación- contó los detalles del hostigamiento policial sufrido por su familia mucho antes de la muerte de su hijo, por quien pedirán justicia este sábado, a dos meses de su fallecimiento.

El crimen es investigado por el Cuarto Juzgado de Instrucción a cargo del juez Néstor Murcia.

La violencia institucional visibilizada por el caso de Luciano Arruga -enterrado como NN hace cinco años y ocho meses- está presente en la denuncia insistente de su madre hacia los policías de la Comisaría 14 de General Alvear y funcionarios judiciales. Hay similitudes, además, en sus historias de vida: ambos eran jóvenes provenientes de barrios pobres. Ambos, cuentan sus familias, fueron objeto de acoso policial.

gabriel

Gabriel fue hallado sin vida el 25 de agosto en inmediaciones de la casa de su padre en General Alvear. El día anterior su madre lo había retirado del hospital luego de una tremenda golpiza que le infligió un grupo de policías de la comisaría 14 de ese departamento, según denunció la mujer a Radio Nacional. Además señaló que sobre el hecho se montó un escenario de suicidio para deslindar responsabilidades y entorpecer a la Justicia. “Los comisarios Marcelo Calipo y Daniel Mendoza -respectivamente jefes de la Departamental y la Seccional- se ocuparon de hacerle la vida a cuadros a mi hijo”, denunció.También salieron a la luz el hostigamiento sistemático contra los menores y el amedrentamiento contra sus madres.

“Hace tres años que la policía empezó a perseguir a mi hijo porque era morocho y se vestía con zapatillas Adidas y usaba visera”, explicó al programa Despacito y por las piedras Santana con quien vivía el joven en el barrio “El Matadero” junto a otros tres hermanos, el mayor de ellos de 18 años.

El deceso de Gabriel ocurrió luego de una detención y posterior golpiza que le provocó ser internado. "En ambos delitos están implicados policías que actúan en la comisaría 14 -dependencia con graves antecedentes de violencia y abuso policial contra los menores pobres de la zona, inclusive la ejecución extra sumarial de Andrés Sosa por parte del oficial Pablo Colilaff- bajo mando del comisario Daniel Mendoza, otrora sospechado de haber intervenido hace 17 años en el asesinato de Sebastián Bordón", señalaron en Radio Nacional.

Santana se explayó sobre los antecedentes de la persecución que derivó en el probable homicidio de su hijo: “Lo levantaban en la calle y jamás se lo llevaban a las comisarías, tenía que salir a recogerlo en fincas y lugares alejados de mi casa adonde lo dejaban tirado. Yo le decía que hiciéramos la denuncia y él tenía mucho miedo, le partían la cabeza, lo llenaban de balas de goma. El comisario Mendoza lo trasladaba a San Rafael por averiguación de antecedentes -hecho de por sí ilegal, dado que la comisaría 14 tiene jurisdicción solamente sobre los departamentos de General Alvear y Malargue- sin avisarme nada y Gabriel siempre terminaba golpeado mal”.

La mujer contó que de sus otros hijos, el de 13 años tiene miedo de ir a la escuela porque las patrullas policiales lo amenazan. El de 18 años, “no puede salir a trabajar, tiene que andar corriendo como si fuera un asesino o un terrorista”.

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