Por Gabriela Valdés
@gabivaldes
Pedro Aznar cierra su show con Karma Police, de Radiohead, Wake me up when september ends, de Green Day y Shape of mi heart, de Sting. Punto y aparte.
La talla del músico es tentadora para el bla bla bla, pero para qué abundar sobre su virtuosa voz, la muestra viva de lo que es capaz de soportar su espalda musical. De La Pomeña a Karma Police, de Radiohead. Eso hace Pedro Aznar.
Es Aznar el que en dos horas del concierto "a la carta" ofrenda lo que pide el público, las canciones de Serú Girán que se cantan en los cumpleaños y las zambas veneradas desde siempre entre sus favoritas. También es el de Jealous Guy (cover de John Lennon), el mismo que acaricia doncellas melancólicas con Ya no hay forma de pedir perdón, el que quiebra corazones con el estribillo de "A cada hombre a cada mujer" y los termina de partir al medio con Viernes 3 AM.
No importa si el concierto es "a la carta", o si recrea la ilusión de elegir como espectador el destino de lo que pasa en el escenario. Aznar es el que elige. "El mundo no muestra nada, a unos ojos sin mirada..." Suelta la guitarra. Toma el bajo, le da letra a los amores... "Él busca formas, de decirle que lo ama, no sabe por dónde empezar, le lee poemas sin parar, se quiere cerciorar de que él siente lo mismo". Deja el bajo, toma la criolla, y dedica Décimas y desacato: "Que al fin la mala fortuna, se vaya a dormir un rato, se quite traje y zapatos, se olvide de mi existencia, que yo frente a su sentencia declaro mi desacato".
El contrabajo, el piano, las seis cuerdas, todos son bien amados por este multiinstrumentista durante el concierto. Para el que quiere y necesita, también una meditación -la hizo con una nota musical en Ahora, una de las últimas canciones de la velada-. Quebrado, Mientes para arrancar unas palmas. ¿Qué mas puede servirles el mozo al que Charly García le tendió la alfombra mágica en sus años mozos? ¿Qué más? Tres bises. Elegidos por él. Ahí van, y vuelven. Karma Police, de Radiohead, Wake me up when september ends, de Green Day y Shape of mi heart, de Sting. Punto y aparte.
Beso al aire y aplauso sin fin para el sistema de sonido, a cargo de Emiliano González, que empardó la precisión de Aznar y su banda, llevando a la mesa del concierto a la carta desde los acordes del bajo hasta el último tintinar de pezuñas en racimo del sonajero.
Fue en La Nave Cultural al aire libre, la noche del viernes, miles de personas lo vieron -cientos de ellas con entradas, otras gratis porque la música atraviesa alambrados- y seguramente algún cronista con lugar para el rigor hablará del clima, la perfecta organización, los funcionarios presentes y demás.
La banda que acompañó a Aznar:
Alejandro Oliva en percusión
Julián Semprini en batería
Coqui Rodríguez en guitarras
Tomás Fares