La polémica sobre los pesebres navideños, casi un clásico de diciembre en Francia, volvió este año a caldear los ánimos entre quienes quisieran exhibir la tradición religiosa en los edificios públicos y los defensores del laicismo de Estado.
Lo que para unos es indisoluble de las raíces europeas, para otros es una indignante exposición de una simple herencia religiosa: y entre unos y otros un acuerdo se ve lejano.
Una decisión judicial reciente volvió a encender las disputas: un tribunal administrativo de Nantes, en el oeste del país, ordenó al Consejo Regional de Vendée -la tierra donde más arraigadas están las tradiciones católicas en Francia- que desmonte el pesebre armado, como cada año, en la entrada de su sede.
El tribunal se basó en una ley de 1905, que sancionó la separación de la Iglesia y el Estado en Francia. Pero el Consejo Regional presidido por Bruno Retailleau, del partido conservador UMP, anunció una apelación.
"Sí al principio del laicismo, no al principio del absurdo", exclamó Retailleau, mientras su predecesor -el ex candidato a presidente Philippe de Villiers- se dijo "escandalizado" por la decisión, que calificó de "totalitaria".
También un alcalde muy mediático, Robert Menard, del Frente Nacional (extrema derecha), fundador de la ONG Reporteros sin Fronteras, anunció que se opone a la sentencia y decidió mantener el pesebre en el municipio.
Sin embargo, las asociaciones locales están decididas a dar batalla y amenazaron también con recurrir al tribunal de su región para hacer respetar "el laicismo republicano".
Entretanto, otros alcaldes -en particular del Frente Nacional- llevaron la batalla a las redes sociales, publicando en Twitter fotos de los pesebres instalados en sus respectivos municipios, con un hashtag combativo: #résistence (resistencia).
Otro alcalde, Franck Briffaut, de Villers-Coterêts, se hizo eco de la disputa explicando que no instaló un pesebre pero aseguró que "si tuviera uno, lo haría puesto y sin duda no lo habría sacado".
"Es una visión totalmente errónea del laicismo -dijo el exponente del Frente National Nicolas Bay- querer suprimir los pesebres. El laicismo es la neutralidad filosófica y religiosa de las instituciones, pero eso no nos impide valorar nuestro patrimonio cultural".
Fuente: Ansa
Foto de portada (Explícito): pesebre expuesto en una conocida libreía paulina de Mendoza.