Horacio Ferrer, nacido en Uruguay y nacionalizado argentino, falleció este domingo en el Sanatorio Güemes a causa de un fallo cardiorrespiratorio. Fue el autor de las recordadas Balada para un loco y Chiquilín de Bachín.
Compuso más de doscientas canciones y escribió varios libros de poesía e historia del tango. Ferrer era presidente de la Academia Nacional del Tango.
A los 34 años, publicó su primer libro de poemas, Romancero canyengue, libro que presentó recitándolo acompañado por el guitarrista Agustín Carlevaro. El libro fue muy bien recibido tanto en Montevideo como en Buenos Aires. Troilo, Piazzola, Mario Benedetti, Cátulo Castillo, Homero Espósito, elogiaron la obra. Varias críticas literarias sostuvieron que el libro marcaba el nacimiento de un nuevo lenguaje en el tango.
En 1970 escribió el Libro del tango: arte popular de Buenos Aires. Con más de dos mil páginas, es una de los estudios más profundos realizados sobre el tango.
"A mi me gustan las cosas de mucha calidad. Dentro de mis posibilidades he tratado de vestirme bien, de ser elegante como poeta, de mirar y asimilar en los viajes cosas que me parecen bonitas. Todo eso tiene que ver con la poesía, la belleza, el misterio", se autodefinía el poeta.
Algunas tardes recibía amigos o preparaba un programa de radio que co-conducía. Dentro de su rutina estaba salir a comer todas las noches con un sacerdote amigo. "Porque la vida es una fiesta y un día se acaba. Hay que disfrutarla con un ser amado, una canción, una poesía, una obra de teatro, una idea que uno se ponga a escribir. Es una fiesta la vida".
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