El líder del partido de izquierda griego Syriza, Alexis Tsipras, pidió el respaldo de los votantes para frenar el ajuste impuesto por los acreedores internacionales en connivencia con los gobernantes del país y devolver a Grecia "la autonomía en Europa". Remarcó la importancia de asegurar la mayoría absoluta en las elecciones del domingo al cerrar su campaña en Atenas, este jueves.
"Necesitamos la mayoría absoluta para asegurar la salvación social y para restaurar la dignidad", aseguró Tsipras en un acto celebrado en un ambiente festivo en la céntrica plaza Omonia, en el que afirmó que a partir del domingo "empieza una nueva era". El líder la izquierda griega estuvo acompañado en el escenario por su par del Podemos español, Pablo Iglesias.
Al acto asistieron, según la policía griega, más de 10.000 personas, el doble de las que reunió al cerrar su campaña para las últimas elecciones europeas de mayo pasado, en las que Syriza, fundado apenas en 2004, derrotó a las agrupaciones tradicionales de centroderecha y centroizquierda.
Ante sus exultantes seguidores, Tsipras, de 40 años, proclamó que la nueva era que comenzará tras los comicios traerá "no solo una victoria de Syriza sino un triunfo histórico de nuestro pueblo, un pueblo que derrotará el miedo y el dolor y formará una nueva unidad nacional".
Tsipras encabeza las encuestas con una ventaja frente a los conservadores de Nueva Democracia (ND), del primer ministro Antonis Samaras, de entre un 4,5% y un 8%, según las distintas empresas que venden sondeos.
El líder de izquierda aseguró que un gobierno dirigido por Syriza acabará con el "partidismo del pasado", con las "patologías que llevaron a la crisis", como la corrupción y el clientelismo de los partidos tradicionales, informó la agencia de noticias EFE.
"A partir de lunes acabamos con la humillación nacional y con las órdenes del extranjero", dijo Tsipras y agregó que la tarea que espera al nuevo gobierno es "difícil" y sobre todo necesita honestidad, decisiones claras y posiciones claras.
En medio de la crisis de deuda soberana que afectó a varios países europeos desde 2009, el riesgo país de Grecia comenzó a dispararse ese año ante temores de que no pudiera a hacer frente a sus obligaciones externas, lo que habría afectado a los tenedores de sus bonos, sobre todo bancos alemanes.
Alarmados por esta posibilidad, la Comisión Europea (CE) el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), luego conocidos conjuntamente como la "troika", concedieron a Grecia desde 2010 préstamos por casi 250.000 millones de euros para su "rescate" de la crisis de deuda.
Como contrapartida, los gobiernos griegos aprobaron duros programas de ajuste recetados por la troika que dispararon el desempleo a casi un 26% en general y a más del 50% entre los jóvenes, redujeron en un 40% los ingresos de los ciudadanos y provocaron el cierre de decenas de miles de comercios.
Tras seis años de recesión, 2014 fue el primero en que Grecia registró un leve crecimiento de su Producto Interior Bruto (PIB). El turismo, la principal fuente de ingresos del país, también remontó el último año, pero las mejoras macroeconómicas aún no se sienten en el bolsillo de los griegos.
En el acto, el líder de Syriza enumeró algunos de los puntos principales de su programa, como la abolición del polémico impuesto sobre bienes inmuebles en su actual formato, el alivio de la carga fiscal de los ingresos bajos y medios y la restauración del umbral exento de impuestos de 12.000 euros anuales.
Además prometió restaurar el salario mínimo en el sector privado en 751 euros, independientemente de la edad, y la paga de Navidad para los jubilados que cobran menos de 700 euros.
Al final de su intervención, Tsipras llamó al escenario al líder del partido político español Podemos, Pablo Iglesias, para fundirse en un abrazo con él, quien, acto seguido, se acercó al micrófono y se dirigió en griego a los asistentes.
"El cambio en Grecia se llama Syriza. En España se llama Podemos. La esperanza llega. Hasta la victoria Syriza-Podemos", exclamó Iglesias, cuyo partido izquierdista también rechaza el ajuste impuesto por la Unión Europea (UE) como fórmula para superar la crisis financiera.
Al acto asistieron también varios líderes de la izquierda europea, entre ellos el todavía coordinador de la formación española Izquierda Unida, Cayo Lara, y el secretario general del Partido Comunista francés y presidente de la Izquierda Europea, Pierre Laurent.
Según un sondeo publicado este jueves por la prensa helena, Syriza aumentó su ventaja a 8 puntos porcentuales sobre ND.
Según el estudio de la Consultora Prorrateo, publicada por el periódico Ethnos, la formación de Tsipras reúne el 33,5% de las preferencias ciudadanas mientras su principal rival, ND, alcanza el 25,5%.
El sondeo, realizado a nivel nacional marca la mayor diferencia registrada hasta ahora -un 8%- entre Syriza y ND, las fuerzas políticas con más opciones de triunfar en estas elecciones.
Todas las encuestas dan como favorito a Syriza con diferencias que oscilan entre un 1,5% y un 8%.
En el tercer puesto Prorrateo ubica a To Potami con un 7%, seguido por los neonazis de Amanecer Dorado, con un 6%, los comunistas del KKE con un 5,5% y los socialdemócratas del PASOK con un 3,5%.
La clave, siguen siendo los votantes de última hora o indecisos, que según la última encuesta de consultora GPO publicada anteayer, ascienden al 19% y concentran la atención de los últimos tramos de la polarizada campaña.
La crucial elección, que puede modificar la vinculación de Atenas con los organismos financieros internacionales, está en el centro de atención de las capitales europeas que temen que una victoria de Syriza se traduzca en un choque con la troika que pueda causar una nueva crisis entre la nación y sus acreedores.
Syriza, no obstante, busca alejar temores en los griegos y hoy celebró el anuncio de compra de bonos del BCE y afirmó que esa decisión contradice a los que "sembraron el miedo y el pánico".
"Esta es una decisión importante, de la que hará uso el próximo gobierno griego en beneficio del país", dijo Syriza en un comunicado emitido tras la rueda de prensa del presidente del BCE, Mario Draghi.
Como síntoma de ese temor creciente en el bloque continental, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, advirtió hoy que cualquier nuevo gobierno griego que surja de las elecciones del próximo domingo "deberá respetar los compromisos asumidos con la UE".
Fuente: Télam