La oposición cooptó para sus fines la marcha convocada por un grupo de fiscales a un mes de la muerte de Alberto Nisman

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Los jueces y fiscales convocaron a una marcha para pedir justicia por Nisman, aunque la República ha dejado a su criterio y habilidad para usar los recursos disponibles la resolución judicial de los casos criminales.
Un grupo de fiscales convocó a una marcha a un mes de la muerte de Nisman.

 

Dirigentes de la oposición le dieron un tinte de indisimulable de protesta contra el gobierno a la marcha que convocaron algunos fiscales federal para el 18 de febrero, a un mes de la muerte del fiscal Alberto Nisman.

El fiscal Guillermo Marijuan -uno de los convocantes al evento que se realizará el 18 de febrero a las 6 de la tarde desde el Congreso Nacional- sostuvo el viernes que la marcha "no es en contra de nadie, sino por respeto"; al tiempo que reclamó que "si hay banderas, que sean sólo banderas argentinas, porque se debe pensar en el dolor de sus familiares".

Pero los dirigentes opositores que culpan al gobierno por la muerte de Nisman -algunos de ellos, presidenciables- confirmaron su presencia a la marcha con consignas contra el gobierno.  La diputada chaqueña ahora aliada de Mauricio Macri, Elisa Carrió, tildó de "crimen" el fallecimiento de Nisman y afirmó que es "un crimen contra la República", además de denunciar que la presidenta Cristina Fernández encubrió luego de promover en homicidio del fiscal.

"Todos tenemos el deber de acompañar la #MarchaDelSilencio el #18F. Allí estaré presente, porque hay que ponerle el cuerpo a la República", agregó Carrió.

El senador y precandidato presidencial por la UCR Julio Cobos justificó su asistencia: "Generalmente no participo en marchas porque entiendo que como político soy parte del problema. El #18F voy porque es un homenaje a Nisman".

El diputado nacional y candidato a gobernador por Santa Fe, Mario Barletta, arengó a sus seguidores mediante el tuit "#18F Todos a defender la República. Todos somos Nisman. Será Justicia". Previamente, había retuiteado una imagen que sostiene: "Ningunean y persiguen opositores. Amenazan jueces. Quieren silenciar a periodistas. Matan a un fiscal. #18F salimos todos".

La diputada del PRO Patricia Bullrich, al confirmar su presencia, les envió un mensaje a los fiscales convocantes: "Que los Fiscales de la Nación cuenten conmigo. Esta lucha es de todos lo que defendemos la vida y la libertad. Yo voy"; y sobre esa idea afirmó: "No vamos a permitir que ataquen de esta manera nuestra Justicia".

Su compañera en la Cámara de Diputados Laura Alonso, tuiteó reiteradas veces entre el viernes y el sábado los hashtags "#18F #YoVoy #VamosTodos", y alternó un tuit en inglés: "I see nervous people in the Pink House" (Veo gente nerviosa en la Casa Rosada).

Mientras la investigación por las causas del deceso de Nisman continua su curso, otro dirigente que calificó de "crimen" su muerte fue el secretario general de Libres del Sur Humberto Tumini, quien afirmó: "Pocas cosas más graves que el crimen de Nisman. El pueblo se debe movilizar para exigir saber la verdad y por justicia. El 18 a la marcha".

Nisman fue hallado muerto el domingo 18 de enero en un baño de su departamento del complejo Le Parc, en Puerto Madero, con un arma calibre 22 que le entregó un día antes su colaborador informático Diego Lagormarsino, la cual fue encontrada al lado del cadáver.

La causa está bajo el control de la fiscal Viviana Fein y la jueza Fabiana Palmaghini. Las funcionarias de la Justicia que tienen acceso a todas las pruebas y el poder exclusivo para solicitar medidas probatorias no encontraron aún elementos para caratular el caso como un homicidio. No obstante, el gobierno, los líderes de la oposición, la mayor parte de los medios, sobre todo los televisivos y hasta los operadores de la corporación judicial resumida en la Asociación de Magistrados sentenciaron ya sin márgenes para las dudas ni para las pruebas objetivas que el fiscal Nisman fue víctima de un crimen.

Los sectores de la oposición, con variantes discursivas, culpan del homicidio al gobierno, mientras desde la órbita oficial se atribuye el desenlace del fiscal a una guerra de espías. Desde la Justicia, los sectores más conservadores se mueven con la oposición mientras otro sector está alineado con el gobierno. Ninguno respeta la actuación de Fein y Palmaghini, cuyo resultado será aceptado sólo si confirma las hipótesis construidas sobre intereses más que sobre pruebas reales del hecho.

 

 

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