Sufrido, trabajado, histórico. En breves palabras, así fue el triunfo ante Brasil por los octavos de final de la Copa Davis que se consumó un día después gracias a la victoria de Federico Delbonis sobre Thomaz Bellucci en el quinto punto de la serie por 6-3 (ayer), 3-6, 6-2 y 7-5.
El azuleño había comenzado su faena luego de la increíble victoria de Leo Mayer sobre Joao Souza, pero la jornada debió suspenderse por alcanzar las ocho horas de juego en el día (límite para la competición). Y la amplia superioridad, tanto tenística como emocional, que se vio ayer en aquel primer set (6-3) en Tecnópolis no fue necesariamente igual a lo que mostraron hoy.
En el reinicio del encuentro, fue el brasilero el que comenzó más sólido. Ya superada la dificultad para devolver los primeros saques de Delbonis, Bellucci no solo se mostró más enfocado sino que fue extremadamente oportuno, aprovechando uno de los dos puntos de quiebre de los que dispuso. El de Azul, en cambio, si bien estuvo preciso en la devolución, no pudo quedarse con el servicio de su rival, a pesar de contar con tres oportunidades para hacerlo. Así, las acciones se igualaron por el 6-3 en favor del visitante.
Cuando el escenario le era adverso y a pesar de ser su debut en singles en la Copa Davis (ya había jugado el dobles ante Israel en 2014), Delbonis volvió a afianzarse en el partido y a hacerse fuerte desde su saque. Incisivo en la devolución, el de Azul le ganó siete de los ocho segundos saques a Bellucci y, casi por decantación, terminó quebrándole el servicio en dos ocasiones para quedarse con el set por 6-2.
En el cuarto parcial, a la postre el definitivo, un Tecnópolis a pleno le sirvió a Delbonis para mantenerse focalizado. Con su efectividad en el servicio (73% jugados con su primero y 75% de ellos ganados), Delbonis se sobrepuso al quiebre sufrido y en cuanto tuvo la oportunidad de liquidar la serie jugó un punto impecable y sentenció la historia con un revés paralelo que dejó a Bellucci sin respuestas. El 7-5 en el cuarto set fue un enorme desahogo para el equipo comandado por Daniel Orsanic, quien en su primera serie como capitán se jugó una carta fuerte y ganó.
El 6-3, 3-6, 6-2 y 7-5 de hoy fue el corolario de un fin de semana inolvidable para el equipo compuesto por Leonardo Mayer, Carlos Berlocq, Diego Schwartzman y el mismo Delbonis, con la compañía de Juan Martín del Potro, lesionado. El alivio, la alegría, el desahogo se deben a que Argentina no solo accedió a los cuartos de final, sino que se aseguró su presencia en el Grupo Mundial para 2016 y ahora tendrá que recibir en la siguiente instancia a la Serbia de Novak Djokovic, rival difícil pero no imposible si Delpo vuelve a jugar.
Fuente: TyC Sorts